La jefa comunal de 33 años, originalmente de Revolución Democrática y hoy del Frente Amplio, ha tenido un cambio notorio desde que llegó al sillón municipal, en el que busca mantenerse sentada después de las elecciones de octubre. Lea aquí cómo la jefa comunal ha ido cruzando el cerco hacia el centro, incluso haciendo gestos a la derecha más dura de Viña.
El sábado 24 de agosto, el Frente Amplio presentó a sus candidatos a alcalde, concejales, consejeros y gobernador regional, los que competirán en dos meses más, sin embargo hubo una emblemática alcaldesa del sector que no asistió…
El evento en la Sala Rivoli, en el que se presentaron unos 100 candidatos, no contó con -quizás- la figura de la zona con mayor proyección nacional en el Frente Amplio: la alcaldesa de Viña del Mar, Macarena Ripamonti. “Tenía una actividad con dirigencias sociales”, explicó el presidente regional del partido, Sebastián Farfán, a los presentes cuando todos miraban de un lado a otro buscando a la jefa comunal.
Para algunos, esta ausencia es parte de lo que se ha transformado la Alcaldesa: una figura que busca estar menos ligada al Gobierno, a sus problemas con el PC y al tema partidista, y situarse más al centro e incluso hacia la derecha en algunas ocasiones, considerando cómo es la ciudadanía y el elector viñamarino.
Macarena Ripamonti, actualmente de 33 años, llegó al sillón edilicio con 29 años. Se trata de la Alcaldesa más joven de la historia de Viña del Mar, pues las otras mujeres que han ocupado ese sillón son Virginia Reginato (85 años), y Eugenia Garrido (91 años). Sin embargo, no por aquello no ha sabido leer a la ciudadanía de Viña del Mar, que estaba acostumbrada a votar por la derecha por más de 16 años, y prueba de ello es el cambio en su actuar con el Gobierno y relación con las fuerzas vivas de la comuna que ha tenido la también Licenciada en Ciencias Jurídicas de la Universidad de Viña del Mar (UVM), Investigadora del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales de Valparaíso y exasesora del diputado Jorge Brito.
Para empezar, lo primero… no asistió al lanzamiento de las candidaturas de sus correligionarios, del partido del cual es prácticamente rostro, por ser la alcaldesa más popular en la Región de Valparaíso y la segunda alcaldesa del FA más popular en todo Chile, sólo después de Tomás Vodanovic.
Lo anterior demuestra, primero que los temas partidistas no están en la prioridad de la agenda de la jefa comunal, y que la elección o reelección de militantes del partido en octubre no le afectan ni positiva ni negativamente. Pero además, si se suma el hecho de que cada paso que da Ripamonti está completamente estudiado desde el punto de vista comunicacional -sólo hay que recordar su conteo en redes sociales para que sean las elecciones, con una foto a lo Evita Perón-, su ausencia podría ser incluso una señal política a su sector, a sólo 8 semanas de las elecciones más importantes para el partido que acaba de formarse, que es el con más militantes en el país, y que respalda a un gobierno que deberá aumentar su respaldo y buscar figuras presidenciales pronto si quiere tener opciones en las próximas elecciones de 2025.
A esto se suma también los problemas y diferencias que hubo entre Ripamonti, Senapred y el Gobierno durante los primeros meses después del megaincendio. La jefa comunal porfió las cifras oficiales de desaparecidos dadas a conocer por la autoridad nacional, generando una distancia entre la alcaldía “de cuidados” y el Gobierno que luego se acrecentó cuando un reportaje de Ciper dio a conocer que el municipio de Viña no contaba con un plan de emergencias y de evacuación actualizados.
La semana siguiente de la tragedia, Jaime Gajardo, subsecretario de Justicia y Derechos Humanos, informaba que había "un total de 66 denuncias de personas desaparecidas. Del total, el día de hoy (jueves) sólo nos queda por esclarecer 14". Sin embargo, la cifra generó confusión en la comunidad por ser tan alejada de la que entregó la alcaldesa de Viña del Mar, Macarena Ripamonti, días antes, cuando habló de 372 las personas desaparecidas.
El reportaje, publicado esa misma semana, días después del encono público entre Ripamonti y el Gobierno por las cifras de desaparecidos, daba cuenta de que para aquel viernes 2 de febrero la Municipalidad de Viña del Mar no tenía vigente ni su Plan de Emergencia Comunal ni su Plan de Evacuación ante incendios forestales, que Senapred les dijo que el 13 de octubre de 2022 su dirección nacional envió oficios a todos los municipios del país para que elaboraran los planes de emergencia, y el 10 de abril de 2023, la dirección de Senapred en Valparaíso ofició en el mismo sentido a las municipalidades de la región.
De hecho, en mayo de este año, el exdirector de Senapred Álvaro Hormazábal dijo en Radio Pauta que “el municipio de Viña tenía un plan que si bien no estaba actualizado y no cumplía el estándar que se le había solicitado, tenían un plan que tenía indicaciones, pero estaba en proceso de revisión”, y que , la alcaldesa Ripamonti sí tenía responsabilidad en el caso, acusándola además de ser la responsable de su salida: “no cumplieron el plazo que decía que tenía que cumplir el plan con el formato correspondiente. Había que mostrar que se estaba haciendo algo, y una de esas medidas fue sacarme a mí”.
No ha sido la única vez que la jefa comunal ha tenido problemas con el gobierno, basta sólo recordar las veces en que emplazó al Presidente Gabriel Boric por el Estado de Excepción, o sólo esta semana, cuando tras conocerse el exitoso operativo que desbarató una célula del Tren de Aragua en Viña del Mar, además de felicitar el trabajo policial, llamó a destinar más fuerza policial en la comuna y en la región: “hago un llamado al Gobierno Nacional para que pueda reforzar dotación en la región de Valparaíso y en la comuna de Viña del Mar, una de las más importantes y que hoy día requiere mayor dotación, justamente, para que este tipo de golpes puedan ser con mayor frecuencia”.
Además, no hay que olvidar las notorias diferencias entre la alcaldesa y la delegada presidencial regional, Sofía González, que venían de antes del megaincendio y se profundizaron este año.
Lo anterior da pie para otro punto que refuerza la idea de una derechización de la alcaldesa de Viña del Mar: su cercanía con las fuerzas policiales, algo que la desmarca de la imagen reticente de dialogar con Carabineros, la PDI y la Armada que tienen otros políticos de la izquierda.
En este punto es cosa de ver el debate que hubo entre los candidatos a alcalde por Valparaíso en el que Juan Marcelo Valenzuela le criticaba a la “delfín” de Jorge Sharp, Carla Meyer, que el alcalde “andaba andaba bailando en la calle ‘el que no salta es paco” y que “hay una izquierda a la que le complica hablar de seguridad”, y cómo la candidata del Frente Amplio, Camila Nieto, interrumpió esa acusación rápidamente para decir: “A mí no me complica hablar de seguridad”.
En el caso de Viña del Mar es difícil que alguno de los candidatos que buscan ganar el sillón edilicio a Ripamonti puedan acusarla de no dialogar con las policías o con la Armada y, es más, es cosa de ver todas las fotos que hay con la jefa comunal junto a las Fuerzas Armadas y policiales de la zona, y las ceremonias en las que ha entregado medallas o reconocimientos.
De hecho, en mayo de este año, al conmemorar los 145 años de las Glorias Navales, la jefa comunal manifestó que “hemos vivido una emotiva ceremonia, deseo que la estrecha relación que hemos construido como autoridades comunales y la Armada, se siga profundizando”, y poco antes, en enero de este año, también valoraba el refuerzo de Carabineros en la zona: “«Viene un refuerzo por parte de Carabineros dentro del Plan Verano Seguro, y para nosotros es un aliciente de trabajo, ya que Carabineros de Viña del Mar hace un esfuerzo tremendo todo el tiempo, pero siempre necesitamos más recursos”, mencionó entonces.
Para Carlos Williams, concejal RN, primera mayoría en concejales y exprecandidato a la alcaldía, “el ejercicio del cargo sin lugar a dudas contribuye a la madurez de las personas y eso se puede notar, obviamente”.
En ese sentido, quien ha sido criticado también por apoyar a la jefa comunal en su gestión, cree que ”este cambio que podría apreciarse en ella es porque está consciente de que ella es la alcaldesa de todos los y las viñamarinas, por lo tanto los intereses político partidistas a veces se tienen que dejar de lado. Creo que ese es el mensaje potente que nos está dando a entender a través de sus actuaciones en el último tiempo”.
De hecho, plantea que Ripamonti manifiesta su apoyo a las fuerzas policiales porque “está consciente que de Carabineros y la PDI depende la seguridad de nuestra comuna y tiene que ser de mente amplia para aceptar lo que nos favorece como ciudad”.
Sin duda, la alcaldesa Ripamonti ha cambiado y se ha ido alejando poco a poco de aquella imagen más cerrada que algunos pueden tener de los representantes de la izquierda, posicionándose más al centro, y con algunos guiños a la derecha más dura de la Ciudad Jardín. No hay que olvidar que por décadas la gente de Viña del Mar votó por alguien de derecha y que debido a que los errores que cometió la anterior administración Reginato fueron tan graves y vistosos, aquel sector no pudo mantener una de las comunas emblemáticas de la UDI en todo Chile.
PURANOTICIA