
Un Serviu descabezado y un manejo comunicacional impecable, incluyendo subsidios de papel y falsas cifras, tienen en el centro de la polémica a esta autoridad gubernamental, a quien los damnificados del megaincendio tienen sindicdo como el principal responsable.
Más de 400 días han pasado del megaincendio que afectó a Viña del Mar, Quilpué y Villa Alemana, y lo único concreto que podemos decir es que aún no hay carta Gantt, no hay plan maestro, vemos una reconstrucción fallida y un sólo gran responsable, quizás el Ministro de Estado con más tonelaje político, pero que es la gran piedra de tope de esta reconstrucción de papel: Carlos Montes Cisternas, de Vivienda y Urbanismo.
137 personas fallecidas, más de 12.500 damnificados, alrededor de 500 heridos, 9.215 hectáreas arrasadas por el fuego e inicialmente se estimó en 9.828 las edificaciones afectadas. No por nada este incendio fue catalogado como una de los desastres más grandes del país de los últimos 30 años.
Pero a más de 400 días de lo sucedido, el escenario que se vive en la zonas siniestradas, sobre todo de Viña del Mar y Quilpué, es distinto. La resiliencia del chileno puede ser la postal perfecta para reflejar cómo hombres y mujeres, familias completas, poblaciones enteras, nuevamente están en pie –o al menos intentan pararse–. Lo que entristece, desespera y genera mucha indignación a los damnificados de esta tragedia es que sienten que la autoridad y el Gobierno están al debe en un proceso que califican de "vergonzoso" y "carente de toda autocrítica política" y, lo que es más desesperante aún, no se visualiza la competencia necesaria para salir de aquello.
El rol del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, del Ministerio de Desarrollo Social y Familia, del Ministerio del Interior, de la Seremi de Bienes Nacionales y del Director del Serviu es clave. Son estos organismos y, por ende, sus autoridades, las que tienen la mayor responsabilidad en sacar adelante la llamada reconstrucción.
Por el lado local, ni el gobernador regional, Rodrigo Mundaca; ni el delegado presidencial, Yanino Riquelme; ni las alcaldesas Macarena Ripamonti, en Viña del Mar; ni Carolina Corti, en Quilpué, pueden entregar soluciones de fondo a una problemática que está estancada, que no avanza, que no encuentra solución y que hoy tiene en jaque el futuro de miles de familias que pese a haber reconstruido su vivienda como pudieron, no tienen certezas de cómo avanzarán a futuro.
La situación que se vive en el Serviu de Valparaíso, que depende directamente del ministro de Vivienda, Carlos Montes, es patética. Y es que todo pareciera indicar que la Dirección del Servicio que más requiere de una persona competente en el cargo nombra a personas buscando afinidades políticas más que técnicas.
El nombramiento de Rodrigo Uribe como Director del Serviu fue claramente una elección política, independiente que el nombramiento se hace por concurso de Alta Dirección Pública. Todos conocemos cómo funciona la operación política cuando queda una terna. En ese momento, su cercanía con el ex alcalde de Quilpué, Mauricio Viñambres, le permitió llegar al puesto político más apetecido de la región de Valparaíso; esto, debido al manejo presupuestario y al poder que significa manejar esa Dirección.
Uribe, sin embargo, fue la primera víctima de la reconstrucción. Justamente el Serviu debía ser la entidad que entregara y agilizara las soluciones habitacionales de las miles de familias afectadas, pero las propias normativas del Servicio impedían ir en ayuda pronta y rápida, sobre todo por los requisitos que debían cumplir las personas para acceder a un subsidio habitacional.
En septiembre del 2024, el diputado Diego Ibáñez (del Frente Amplio) comenzó a aportillar la labor de Rodrigo Uribe, quien nunca fue querido por el ministro Carlos Montes. El secretario de Estado, histórico militante socialista –y conocido en su entorno por su mayor simpatía hacia las funcionarias de sexo femenino, lo que podría explicar su favoritismo y cercanía con la seremi Belén Paredes– siempre prefirió una relación con la Seremi de Vivienda y Urbanismo antes que con el Director del Serviu.
Uribe, además, vivió una paralización de los gremios del Serviu por al menos 40 días, situación que mermó su capacidad de liderazgo. En ese momento el propio Ibáñez comenzó a hablar de la “incapacidad” de Uribe.
A través de un oficio dirigido a la entonces ministra del Interior, Carolina Tohá; y al de Vivienda y Urbanismo, Carlos Montes; el parlamentario del Distrito 6 del interior de la región de Valparaíso pidió la remoción de Rodrigo Uribe, acusando incumplimientos y faltas de liderazgo.
En específico, Ibáñez explicó que esto tenía que ver con el plan de emergencia habitacional; la reconstrucción tras el megaincendio de febrero en Viña, Quilpué y Villa Alemana; asentamientos precarios; y aspectos administrativos.
Si bien, estas críticas a Uribe se dieron en septiembre, recién en enero fueron reflotadas, es decir cuatro meses después. Esto, porque se venía el aniversario del megaincendio y lo concreto es que el ministro Carlos Montes no tenía cómo defender el pésimo trabajo que su cartera estaba llevando a cabo.
Fiel a su estilo, decidió ponerle rostro a esa “incapacidad” de solucionar los problemas y sacó del cargo a Rodrigo Uribe. El jueves 23 de enero del 2025, Puranoticia.cl informaba de la salida de Uribe del cargo, esperando con ello descomprimir la propia incapacidad ministerial.
Nombró en forma interina a Nerina Paz López, una funcionaria de carrera de la Seremi de Vivienda, recomendada por quien es su regalona en la región: Belén Paredes. Esta funcionaria se tomó por sorpresa su nominación. De hecho, cercanos a Nerina cuentan a Puranoticia.cl que ella le menciona que está siendo investigada en el «Caso Convenios» y que inclusive el propio Montes le habría dicho que no se preocupara de aquello y que prácticamente todo el Ministerio de Vivienda está bajo observación.
Pero había más, la improvisación del ministro Carlos Montes es tan grande en el manejo de la reconstrucción, que el único interés que lo movía era dar la señal de que con la salida de Uribe ya había un culpable y zafar así de la presión de la propia izquierda y de la derecha que, ya al acercarse la fecha del primer aniversario del megaincendio, se comenzaba a dar cuenta de que efectivamente la reconstrucción en Viña del Mar y Quilpué no era más que un papel.
Nerina, cuando asumió, avisó que tenía sus vacaciones comprometidas. Ella y su marido viajarían por una semana a Brasil. Tenían hoteles, tour, estadía, pasajes reservados hace meses. Y claro, ella nunca estuvo en los planes para asumir la dirección del Serviu, pero el Ministro improvisador estaba inclusive dispuesto a que la nueva Serviu asumiera una semana, se fuera a la siguiente de vacaciones y hacer como que nada hubiera pasado.
Pero era tan impresentable esta nueva improvisación que Nerina Paz López cedió a la presión y a las filtraciones de la prensa que sabían de estas vacaciones y se quedó en Chile asumiendo su nuevo cargo.
Pero la incursión en Serviu llegó a su fin este viernes 4 de abril, tras 71 días en el cargo. Tras una amenaza de los funcionarios de irse a paro, sumado a que el propio Carlos Montes no le estaba dando el piso necesario para hacer los cambios que se necesitaban para avanzar, ella decidió dar un paso al costado; siendo la gota que rebalsó el vaso un dirigente de los gremios que se habría subido arriba de una silla para amedrentar a Nerina, lo que habría colmado la paciencia de la ahora renunciada Serviu.
Cuando renunció Nerina Paz, el Ministro se desesperó. La salida de esta funcionaria dejaba al descubierto que la salida de Rodrigo Uribe estuvo mal orquestada. El problema no es de la cabeza del Serviu, es de quien está sobre el director, es decir el propio Ministro.
El día sábado 5 de abril, Carlos Montes llegó hasta Viña del Mar para participar en una actividad de Chile Barrio, donde se le encomendó a una serie de dirigentes contar sus experiencias, colocando nuevamente un manto comunicacional al verdadero problema que se enfrenta en la región de Valparaíso: la reconstrucción.
Siempre acompañado de Belén Paredes, fue en busca de la propia Nerina Paz para tratar de convencerla de no renunciar. De hecho, en el improvisado punto de prensa dijo que “espera resolver eso”, anunciando además que durante esta jornada se juntará con ella para “buscar soluciones”, terminando con la frase “porque en la vida social y política se trata de encontrar soluciones… porque hay que avanzar y ella ha sido una gran directora, que lleva poco tiempo, lleva 71 días, ha hecho un muy buen trabajo, se ha avanzado más en este tiempo y la verdad esperamos que esto se resuelva”.
Y el lunes por la mañana, justo en el momento que esta crónica se cerraba, el propio ministro Carlos Montes estaría en las dependencias del Serviu intentando avanzar con este descabezado servicio, inclusive con la presencia del delegado presidencial Yanino Riquelme.
El nivel de improvisación de Montes inclusive generó un comunicado donde decía que el secretario de Estado “no aceptó la renuncia" de la directora (s) del servicio, Nerina Paz, optando por dar continuidad a su gestión.
El titular del Minvu recalcó que la actual jefa del Serviu en la región de Valparaíso “ha demostrado avances en sus más de dos meses de administración. En materia de reconstrucción, en pocas semanas se pasó de 933 a 2.598 subsidios asignados, además de acelerar la vinculación de las familias damnificadas a proyectos para el pronto inicio de obras”.
“La región de Valparaíso tiene desafíos relevantes y prioritarios, como es también el Plan de Emergencia Habitacional y los campamentos. Por lo tanto, he decidido dar continuidad a su gestión”, añadió.
Unos de los grandes aliados del Ministro parecen ser las comunicaciones. Tanto desde Santiago como en la propia región de Valparaíso, los funcionarios del Serviu hicieron llegar hasta nuestra redacción una serie de denuncias que develarían cómo se manejan justamente los anuncios, los comunicados de prensa y las informaciones al interior del Servicio de Vivienda y Urbanización.
Una verdadera cofradía de periodistas, denuncias de acoso laboral y cruces ideológicos existen entre los y las profesionales de la prensa contratados, tanto por la Seremi de Vivienda como por el Serviu. De hecho, muchos de aquellos vienen de gobiernos anteriores, pero ante los cruces ideológicos y las cercanías de Tomás Ochoa y Rodrigo Uribe, por ejemplo, estos han seguido en sus puestos, garantizando justamente que no se difunda lo que realmente sucede al interior del Servicio.
Uno de los grandes misterios que se manejan en esta reconstrucción de papel son las cifras. No existe un detalle claro y detallado de cuántas son efectivamente las casas siniestradas; cuántas de esas casas fueron reconstruidas, ya sea en forma directa o indirecta; no hay número exacto de los subsidios entregados y cobrados. En el fondo, hoy sólo se hablan de apoteósicos anuncios elaborados justamente por estos periodistas, pero sin un fondo que lo pueda sustentar.
Uno de esos titulares apoteósicos es cuando se dijo que “tenemos el 70% de las familias con solución habitacional en proceso”. Esto, lo que en el fondo quiere decir es que se han entregado carpetas con un papel adentro que es un subsidio a una serie de personas. ¿Pero cuántas soluciones reales se han entregado terminadas?
Por eso en esta crónica hablamos de la reconstrucción de papel. En el fondo, hoy hay miles de familias que han recibido este subsidio que va entre las 1.200 y las 14.50 UF por cada una, pero que no puede cobrar pese a que muchas de ellas ya reconstruyeron su casa en el formato de autoconstrucción.
Fuentes que conocen el proceso desde el interior del Ministerio de Vivienda cuentan a Puranoticia.cl que “nos preocupa profundamente la posibilidad de que muchos de los subsidios ya otorgados no puedan ser aplicados efectivamente por las familias beneficiarias y no logren costear los gastos de esa autoconstrucción, debido a la ausencia de condiciones técnicas, de acompañamiento o de normativa flexible que permita llevar adelante la aplicación del subsidio”.
En palabras simples, las familias –por la desesperación de tener un techo– comenzaron a reconstruir, terminaron y ahora para poder concretar el cobro de aquel papel (subsidio) que le pasó el Estado, deben cumplir con las normas y eso no sucede.
Hoy no existen números claros. Tampoco existe una carta Gantt que demuestre cuáles son los tiempos de ejecución de la reconstrucción y menos un plan maestro. Todo esto depende única y exclusivamente del ministro Carlos Montes, quien hábilmente se ha escudado en la salida de Rodrigo Uribe como el gran culpable de esta reconstrucción fallida. Sin embargo, la renuncia de Nerina Paz lo deja al descubierto en su improvisación.
Hoy no hay certeza del número total de viviendas autoconstruidas por los propietarios siniestrados, por sectores, con su ubicación georreferenciada. No se sabe. Literal. Tampoco se conoce el número exacto de subsidios habitacionales asignados en la comuna de Quilpué y Viña del Mar por tipo, porque no todos son iguales. Sólo para aparecer en la prensa se habla de un número total sin desglose, ni detalle, ni menos la entrega de un documento fatal.
Si no tenemos aquello, menos podemos acceder a un cronograma detallado de aplicación y ejecución de dichos subsidios, a los casos de viviendas ya autoconstruidas, incluyendo hitos operativos, fechas estimadas de inicio de obras y mecanismos de seguimiento técnico por parte del Ministerio. Está justamente ahí la gravedad de la improvisación de Carlos Montes.
En el fondo, la gente se autoconstruyó y salvó la reconstrucción, pero los subsidios que les entregaron no los van a poder ocupar en su mayoría, porque las casas no cumplen con las condiciones para ser recepcionadas y no existe un plan para ayudarle a recuperar la inversión realizada. En el fondo entregaron “subsidios de papel” que no van a poder cobrar.
A 14 meses de la tragedia, hay prácticamente cero casas reconstruidas por el Ministerio de Vivienda, liderado por Carlos Montes. Lo que existe en su mayoría es autoconstrucción de los mismos propietarios, que no saben si van a poder utilizar los subsidios entregados para cubrir dichos costos.
Las dudas que quedan son miles: ¿En qué han sido utilizados los fondos recaudados por Hacienda, que superan el $1 billón?
Fuentes al interior de dicha cartera nos entregan las que serían las cifras reales hasta hace una semana: Ministerio de Vivienda catastró 6.261 viviendas, de ellas 4.439 tienen daños tras el incendio.
3.480 familias son hábiles para acceder a subsidios habitacionales, de estas, 3.300 presentan daño no reparable; 2.598 ya cuentan con subsidios asignados, pero se desconoce cuántos han logrado cobrarlo, ni siquiera alcanzarían las 50 personas.
742 familias aún no han sido nominadas ni recibido ayuda alguna debido a problemas legales o falta de vinculación a proyectos, aunque se prevé que cerca de la mitad recibirá subsidios en las próximas semanas.
Actualmente, hay 544 viviendas en ejecución y 110 entregadas. Este año se proyecta el inicio de la construcción de 685 viviendas en nuevos proyectos en Viña del Mar y Quilpué, sólo para damnificados. Y las demás ya se autoreconstruyeron y aguardan que aquel papel que le dieron las autoridades, algún día, se pueda cobrar en esta reconstrucción de papel del ministro de Vivienda Carlos Montes.
PURANOTICIA