Claudia Adasme y Gustavo Alessandri explicaron que tomaron esta determinación por motivos de seguridad, tanto para proteger a sus comunas de posibles incendios, como para resguardar el medio ambiente, mascotas y a integrantes de la familia con TEA.
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Sorpresivamente, faltando un poco más de dos semanas para finalizar el 2022, los alcaldes de Papudo, Claudia Adasme (RN); y Zapallar, Gustavo Alessandri (UDI), anunciaron la suspensión del show de fuegos artificiales de año nuevo.
Según precisaron los dos jefes comunales, el principal motivo para adoptar esta decisión tiene que ver con resguardar la seguridad de sus comunas, además de proteger el medio ambiente y evitar exponerlas a focos de incendio, más aún tomando en cuenta el triste presente que enfrenta la región en esta materia.
El Alcalde de Zapallar explicó que "como región y país estamos viviendo una situación muy dramática con los incendios activos que en estos momentos afectan las comunas de Curacaví, Santo Domingo, La Cruz, Villa Alemana y Quilpué, y sería una irresponsabilidad agregar factores de riesgo que puedan agravar esta situación".
Por lo tanto –agregó– "hemos decidido suspender los fuegos artificiales, como una medida de seguridad". No obstante, adelantó que la Municipalidad organizará fiestas de año nuevo por localidad, a objeto de que la comunidad tenga un espacio de celebración en familia. "Tenemos un dispositivo de seguridad e inspección que velará porque los festejos se realicen en un ambiente seguro para todos nuestros vecinos".
La Alcaldesa de Papudo, en tanto, sostuvo que "esta iniciativa busca cuidar, respetar y solidarizar, con quienes sufren y se ven seriamente afectados por este tipo de espectáculos, además de terminar con el daño medioambiental que produce la pirotecnia, tanto a la fauna local, como la contaminación del aire por la combustión. Queremos dar una señal de que es posible celebrar de un modo distinto y en el actual contexto, en nuestros hogares, en familia y, por sobre todo, con respeto a todas las personas, a nuestro medio ambiente y a los animales".
Por último, dijo que "esperamos no volver a tener familias angustiadas porque se les extravió o murió su mascota y menos familias con el dolor de ver cómo uno de sus integrantes con TEA (Espectro Autista) sufre por las explosiones de la pirotecnia. No queremos más que nuestras playas reciban las toneladas de basura que generan estas celebraciones: botellas, envases plásticos y especialmente cotillón que por varios meses se hacían parte del paisaje costero".
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