Levantamiento de viviendas; instalaciones eléctricas y diferentes aportes son parte de la ayuda entregada.
La Pontificia Universidad Católica de Valparaíso inició por estos días una serie de acciones para ayudar a la comunidad afectada por el último incendio que dejó a 114 estudiantes y 11 familias de funcionarios damnificados con pérdida total de sus hogares, y a 23 alumnos y a ocho trabajadores con daños severos en inmuebles.
Actualmente, la Universidad se encuentra en alianza con la organización Techo, cuyos voluntarios y voluntarias trabajan para levantar viviendas de emergencia, y con el Instituto Nacional de la Juventud (INJUV), para entregar apoyo en la distribución de donaciones desde los albergues a los terrenos.
Además, están abiertas las inscripciones a distintos voluntariados para quienes deseen cooperar desde diferentes ámbitos en esta emergencia. Por un lado, estudiantes de la Escuela de Ingeniería Eléctrica reinstalarán las conexiones en las casas dañadas a través del operativo Iluminando Chile, mientras que Misión Verde de la Pastoral PUCV, que contribuye a la restauración de espacios comunitarios con jornadas de limpiezas y recuperación de sitios públicos, actualmente realiza labores en los distintos sectores afectados por la tragedia.
La Escuela de Pedagogía, por su parte, trabajó durante tres semanas con estudiantes en escuelas abiertas de verano realizadas en Chorrillos, las cuales fueron pensadas esencialmente para entregar un momento de esparcimiento a las y los niños damnificados. Así, estudiantes de Educación Parvularia, Pedagogía en Educación Básica y Pedagogía en Educación Especial diseñaron actividades dinámicas de recreación, en tanto que más de 100 voluntarios apoyaron al colegio Juanita Fernández y a la biblioteca móvil de Quilpué.
Javiera Carlesi, presidenta de la Federación de Estudiantes de la PUCV, explicó que a la fecha han confeccionado más de 115 cajas con útiles de aseo y mercadería que recibieron en su centro de acopio en calle Rawson y que ahora están siendo repartidas en Viña del Mar, Valparaíso, Villa Alemana y Limache.
"Logramos reunir comida no perecible, barras de cereal, aguas isotónicas, bidones de agua, alimento para mascotas y productos de higiene personal y de aseo", indicó Carlesi.
La Vicerrectoría de Administración y Finanzas ha estado permanentemente entregando apoyo financiero a las y los damnificados que forman parte de la comunidad universitaria y la Dirección de Asuntos Estudiantiles ha distribuido equipamiento de trabajo para la remoción de escombros, como carretillas, herramientas y materiales para viviendas, entre otros.
La vicerrectora Académica y actual rectora (s), Claudia Mejías, indicó que el apoyo de las y los estudiantes voluntarios ha sido fundamental para gestionar ayudas. "Destacamos la alta convocatoria de voluntarios y voluntarias, estudiantes e, incluso, alumnas y alumnos de primer año que han venido a ayudar al resto de la comunidad universitaria que más lo necesita. Ahora hemos dispuesto de las capacidades y posibilidades de otros grupos estudiantiles para que puedan incorporarse en los nuevos voluntariados y juntos ayudar a reconstruir Viña del Mar".
Durante el desarrollo de la emergencia, un grupo de estudiantes de la Escuela de Tecnología Médica participó de un operativo médico organizado por el Servicio de Salud Viña del Mar-Quillota, el Colegio Médico y profesionales de la salud visual de la región Metropolitana y Valparaíso. La iniciativa permitió la atención a más de 350 personas durante el despliegue realizado en siete puntos de asistencia, realizando aseos oculares, remoción de cuerpos extraños y prescripción de recetas de lentes para quienes perdieron sus anteojos en los siniestros.
PURANOTICIA