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"Octubrismo" o división de la derecha: ¿Existió realmente este fenómeno en las elecciones de 2021 en la región de Valparaíso?

"Octubrismo" o división de la derecha: ¿Existió realmente este fenómeno en las elecciones de 2021 en la región de Valparaíso?

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Autoridades y candidatos de derecha plantean que si se perdieron comunas y la Gobernación el 2021 fue por una “ola octubrista”, pero ¿es realmente así? Puranoticia.cl analizó resultados electorales y conversó con analistas sobre el supuesto fenómeno que “arrasó” en la zona.

"Octubrismo" o división de la derecha: ¿Existió realmente este fenómeno en las elecciones de 2021 en la región de Valparaíso?
Viernes 30 de agosto de 2024 16:19
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En una entrevista con Puranoticia.cl, la candidata a gobernadora regional de Valparaíso, María José Hoffmann, dijo que las alcaldías que perdió la derecha en 2021, junto a la gobernación regional, fueron fruto de una “ola octubrista”, argumentando que los ánimos del país empujaron las votaciones hacia las candidaturas de izquierda, principalmente en la región de Valparaíso.

"Tiene que ver con una ola del octubrismo del 18 de octubre, que arrasó en nuestra región", dijo la exsecretaria general de la UDI, quien agregó que "la votación de Jorge Sharp tiene que ver con eso del octubrismo que dejó a muchas autoridades sin experiencia política en cargos que hoy, espero que el péndulo venga hacia el otro lado y que tengamos la capacidad de derrotar a los malos gobiernos del Frente Amplio".

Pero, ¿realmente el “octubrismo” fue el motivo por el que la derecha perdió las alcaldías y la gobernación el 2021? ¿Existió el octubrismo en la región de Valparaíso?

EL CONOCIDO CASO DE CONCÓN

Al analizar por comunas, en Concón la derrota -y lo tienen bastante claro en la misma derecha- no fue por el octubrismo, sino por la división del sector con cuatro candidatos: Jorge Valdovinos, con 3.738 votos; Luis Rivera, con 3.511; Pablo Rojas, con 4.068 votos y Ricardo Urenda con 4.197 votos, los que en sumatoria hacían bastante más que el candidato que terminó ganando, Freddy Ramírez, con 4.884 sufragios (22,1%). De hecho, el alcalde conconino es uno de los jefes comunales electos con menor porcentaje de votación de la zona.

EL ARRASTRE DE MELLA CON CALDERÓN EN QUILLOTA

En Quillota, la derecha compitió contra el entonces “delfín” del exalcalde Luis Mella, el actual alcalde Óscar Calderón, con el RN Christian Cerda, quien sacó apenas 2.745 votos versus los 16.520 (55,3%) que obtuvo el jefe comunal, lo que difícilmente podría catalogarse como una “ola octubrista”, sino más bien un traspaso de “posta” del exalcalde a su entonces amigo.

LAS HORAS EXTRA DE REGINATO PASARON LA CUENTA EN VIÑA

En el caso de Viña del Mar, Macarena Ripamonti ganó con 49.652 votos (38,5%), casi el doble de los que obtuvo Andrea Molina, la carta de Chile Vamos para mantener a la UDI en la Municipalidad de Viña del Mar. Y ese fue justamente el problema de la derecha en este caso, pues por un lado, la gestión Reginato salió del poder fuertemente cuestionada no sólo a nivel local sino que nacional, por los problemas de sobrepagos de horas extra y déficit. Fue tal el impacto de estos hechos que se siguen investigando en la justicia en algunos casos, que la “Tía Coty” terminó siendo destituida de su cargo como concejala, pues para 2021 postuló a ese cupo, obteniendo primera mayoría con 7.123 votos, bastante más lejos de los 44.799 que alcanzó en su reelección de 2016.

Estos hechos generaron decepción en los viñamarinos y alejaron a la ciudadanía de votar otra vez por alguien del mismo partido que Virginia Reginato, la UDI.

A esto se sumó que Andrea Molina no es alguien de Viña del Mar. Sí, fue diputada por la zona, pero por el distrito 6, en el que no está la Ciudad Jardín, y en ella ya es sabido que se necesita presentar a alguien de la comuna. Además, no contó con todos los apoyos del sector que le podrían haber ayudado un poco más, como el del concejal más votado después de Reginato, Carlos Williams (con 6.408 votos), quien se restó de apoyarla públicamente luego de que el conglomerado lo dejara de lado para ser él quien compitiera por la alcaldía.

DIVISIÓN Y POCA FUERZA DE CANDIDATA EN QUILPUÉ

En el caso de Quilpué, la división de votos entre la carta de Chile Vamos, Amelia Herrera; el independiente de derecha, Mauricio Oyarce; y el entonces DC, hoy independiente, Christian Cárdenas; también facilitó las cosas para la alcaldesa Valeria Melipillán, que tampoco tuvo un porcentaje tan alto de votaciones: 33,1% con 19.015 votos. Es decir, la votación obtenida por la actual jefa comunal no da cuenta de una “ola” que arrasa, sino más bien de cómo otras fuerzas de derecha o centro terminaron por entregar la alcaldía que, además, por años había sido socialista. 

El problema acá, nuevamente, no habría sido el octubrismo, sino más bien la poca fuerza de la candidata de derecha, sobre la cual habían puesto todas las fichas, y la división de votos de personas afines al centro y a la derecha. Por un lado, la exalcaldesa de la Comuna del Sol, Amelia Herrera obtuvo 9.198 votos; y por otro lado, el candidato independiente pero cercano a la derecha -de hecho fue candidato a diputado por el PDG y hoy apoya a Carolina Corti- Mauricio Oyarce, 9.232. Es decir, sólo entre los dos habrían sumado 18.430 votos, y si Cárdenas no se hubiese presentado los votos se habrían dividido y podrían haber ganado Quilpué.

LA OLA "SHARPISTA" MÁS QUE "OCTUBRISTA"

En el caso de Valparaíso, es un asunto aparte. En todas las elecciones que se ha presentado el alcalde Jorge Sharp ha arrasado: en 2021 logró 64.832 (56,4%), en 2016 alcanzó 46.359 votos (53,8%), por lo que es difícil hablar de una ola octubrista si en 2016 alcanzó tal votación, destronando al exalcalde Jorge Castro. En este caso, aparentemente Jorge Sharp genera sus propias olas...

EL FENÓMENO DE MUNDACA

Donde sí pudo haber ocurrido algo de eso es en la Gobernación Regional de Valparaíso, considerando que Rodrigo Mundaca era conocido hasta ese entonces como líder de la batalla por los derechos del agua y fue como independiente en cupo de Revolución Democrática. Eso sí, aquello podría ser en la elección definitiva, porque en las primarias en las que participó junto a la exdirigente estudiantil y hoy consejera regional, entonces militante de Convergencia Social (CS), Nataly Campusano, ganó por más del doble de los votos, pese a que buena parte del Frente Amplio -incluidos los de RD- respaldaron a la candidata, lo que da cuenta claramente de que el actual gobernador tenía fuerza en sí mismo para vencer a la carta de los partidos del FA.

En la elección propiamente tal, Mundaca simplemente arrasó y ganó en primera vuelta, con 298.702, siendo la primera mayoría nacional. La duda queda de cuánto de ello tuvo que ver el llamado “octubrismo” y cuánto fue de mérito propio, pero de partida, las primarias que lo antecedieron hablan por sí solas…

¿QUÉ ES REALMENTE EL OCTUBRISMO SEGÚN LOS ANALISTAS?

Ahora bien, ¿qué es el octubrismo? El politólogo y académico de la Universidad de Playa Ancha, Felipe Venegas, menciona que “octubrismo es el apelativo utilizado por la oposición para referirse a la expresión violenta y no institucional a través de la cual se desarrollaron las protestas a partir del estallido social de octubre de 2019. La connotación negativa del término busca aludir a una actitud de destrucción callejera con su correspondiente apoyo político brindado por el sector que actualmente gobierna, y quienes desde distintos ámbitos sociales apoyaron o validaron el objetivo revolucionario de deconstrucción del modelo neoliberal y la institucionalidad que lo sustenta, expresado en el slogan “Chile será la tumba del neoliberalismo”.

El analista comentó que “la expresión comenzó a circular y acuñarse en el discurso público en la medida que el proceso reivindicatorio fue encausándose por la vía institucional y crecientemente absorbido por los partidos políticos, donde los sectores de la actual oposición utilizaron el término para señalar la responsabilidad de quienes apoyaron la violencia y las consecuencias negativas para el país”

No obstante, precisó que “la conciencia social que despertó el estallido, y que puso en cuestión el modelo de desarrollo de los últimos 30 años en nuestro país, permitió que, en su expresión política, la opción Apruebo del plebiscito Constitucional de 2020 triunfara ampliamente y los partidos de izquierda e independientes lograran la mayoría en la elección simultánea de constituyentes, alcaldes, concejales y gobernadores de mayo de 2021, dejando políticamente muy disminuida a la derecha. Lo anterior se reflejó en un reposicionamiento político donde fundamentalmente el Frente Amplio expresó el espíritu de cambio del momento a partir de un proyecto político transformador, representante de una nueva generación política, frente a una derecha que aparecía como defensora del modelo neoliberal, de los privilegios y el statu quo, razón por la cual pagó el costo electoral también en las elecciones presidenciales de 2021”.

Respecto de las elecciones de ese año, reconoce que el fenómeno ocurrido es “interesante”: “Creo que se expresó una voluntad de cambio que es un factor indiscutible en ese momento. Pero además, a nivel municipal la derecha venía muy golpeada por la corrupción en las administraciones anteriores. En el caso de la gobernación, por ser un cargo nuevo, sin administraciones anteriores y poco conocido, la vinculación de Mundaca con los movimientos sociales, expresión del espíritu de cambio, fue el elemento determinante”.

Raúl Burgos, profesor de Historia, Geografía y Ciencias Sociales, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y licenciado en Historia con mención en Ciencia Política, advierte que “en la elección anterior influyó el clima político y social generado con las movilizaciones de fines de 2019 que condujo también al primer proceso constituyente. Este clima apuntaba a la realización de cambios estructurales en el país. En ese sentido, debemos recordar que esa elección municipal y de gobernador se realizó en simultáneo con las elecciones de consejeros constituyentes, lo que favoreció que, en algunos lugares, se vincularan los discursos que apuntaban al cambio constitucional con la gestión municipal y regional. De tal modo, algunas candidaturas a alcaldes o gobernadores plantearon sus campañas apelando a que realizarían transformaciones importantes, aun cuando sus funciones no lo permitían por ser más acotadas”. 

En la región, señaló, “este impulso influyó por ejemplo con la elección del gobernador Mundaca en primera vuelta o con la pérdida de algunas comunas emblemáticas de derecha como, por ejemplo, Viña del Mar”.

Por su parte, para Angélica Pacheco, doctora,  magíster en Ciencias Políticas y académica de la Escuela de Arquitectura, Comunicaciones y Diseño de la Universidad Viña del Mar la palabra tiene una carga simbólica y “en una sociedad líquida corre el riesgo de quedar en la levedad de debates sin argumentos”. En este sentido, manifestó, “el denominado “octubrismo” se tiñó por una carga negativa representada y mediatizada sólo en la violencia de la protesta social del 2019 en Chile, dejando en un segundo plano a la diversidad del país que se manifestó de manera pacífica dando cuenta del malestar en la sociedad chilena. Este hastío, palabra utilizada por Daniel Matamala en su nuevo libro, ha significado correr en círculos y vivir en 360 experiencias sociales de iniciar y culminar donde mismo, sin tener el suficiente espacio para la reflexión en el debate público sobre los temas pendientes y cómo se resuelven”.

De acuerdo a esto, Pacheco concluye que “no es necesariamente el octubrismo con su carga negativa actual que llevó a parte de la derecha a perder comunas y gobernaciones a nivel país el 2020; fue el desgaste de un gobierno frente a un malestar inorgánico social, la pandemia y la capacidad de gobernanza en la crisis. Pero, más que el propio gobierno de la época fue en el caso de la región el agotamiento de estilos de autoridades tradicionales de derecha y centro izquierda, casos de corrupción en la esfera local, la evaluación de la gestión política y pública en zonas críticas como Valparaíso tras el incendio del 2014 que generaron un escenario local y regional diferente”. 

Aunque reconoce que “existía un clima transformador”, las elecciones regionales y locales “están vinculadas principalmente a la calidad de vida cotidiana de las personas; y, estas experiencias pasaron la cuenta a quienes perdieron sus cargos el año 2020. Este octubre 2024, será justamente esta experiencia cotidiana, la que se reflejará en la votación donde la espiral del silencio es fundamental cuando se trata de voto obligatorio. Es decir, ese grupo de personas que no se pronuncia, ni participa y que se plantea desde la emoción en la soledad de la urna mediada por su experiencia y narrativas digitales”.

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