
En plena avenida Perú de Viña del Mar, el roquerío es utilizado como si fuera un baño público. Además, a diario la gente transita y advierte el desolador panorama de suciedad, olor a fritura y música con parlantes que están a punto de reventar por el volumen a todo dar.
"¡Basta!". Esta es la frase que repiten con frecuencia quienes viven o transitan por el borde costero de Viña del Mar debido al cansancio que les provoca ver calles como la avenida Perú con carros de comida, sin que se respeten normas mínimas de higiene.
Estas malas prácticas terminaron por agotar al Comité de Defensa del Borde Costero, quienes presentaron una solicitud ante la Contraloría Regional de Valparaíso para que instruya una investigación que determine la ocurrencia de una seguidilla de irregularidades que afectan a la comunidad en cuanto a su calidad de vida.
En ese sentido, apuntan a cuestiones de higiene y también a que se sobrepasa lo permitido en términos de contaminación acústica y medioambiental, porque no sólo está la venta de comida callejera, con una manipulación completamente cuestionada, sino que toda esa escena viene acompañada desde los mismos carros, los que suben al máximo el volumen, sin importarles si es de día o es de noche.
El problema que denuncian los vecinos del borde costero se centra en la ordenanza para regular la instalación y funcionamiento de food trucks para la elaboración y venta de comida, pero que exige algunas condiciones para su funcionamiento, las que, según denuncian los vecinos y locatarios, no se estarían cumpliendo. Por ejemplo, dicen que no hay fiscalización efectiva ni profesional, tampoco resguardo a la ciudadanía y al patrimonio turístico, porque todo se transforma en una suerte de basural.
Los ejemplos sobran, tal como lo comentó un vecino del sector a Puranoticia.cl, quien dijo que "los camiones de comida se instalan en la noche y hay otros que nunca se han movido del lugar. De repente no sólo foods trucks, sino también completos, en una mesita con un balón de gas. Lo más insólito es que me tocó apreciar cómo un carro de Carabineros se bajó, miró, fiscalizó, les conversó y la venta siguió igual. Faltó que se llevarán un completo para el camino”.
La solicitud del Comité de Defensa del Borde Costero planteada a la Contraloría, llama al Municipio que administra la alcaldesa Macarena Ripamonti, a las autoridades de Medio Ambiente y de Salud, a cumplir las normas legales y a fiscalizar. Además, que se determinen responsabilidades administrativas si es que las hay.
Los denunciantes, que buscan cuidar y proteger el borde costero desde la Av. Perú hasta la Playa del Deporte, se están viendo a diario afectados por las condiciones insalubres en que funcionan los carros de comida callejera, con todo un abanico alrededor: balones de gas expuestos a todo sol, cajas en el suelo donde se tira la comida, algunas salsas chorreando desde el mesón hasta el suelo.
Y, a eso, se tiene que sumar que no hay servicios higiénicos para los comerciantes ni para los clientes, lo que demuestra un evidente incumplimiento de carácter sanitario. En tal sentido, los denunciantes aseguran que “es triste y vergonzoso constatar cómo se utiliza el roquerío (en el caso de la avenida Perú) para este fin (como si fuera un baño) y después observar que los manipuladores de alimentos vuelven a su tarea sin haber tenido la higiene correspondiente”.
Los dirigentes de la Ciudad Jardín recordaron que la reparación de la avenida Perú tuvo un costo superior a los $6.700 millones para el Estado. “Ahora, con las prácticas impuestas por la Ordenanza Municipal se está destruyendo el valor agregado que había significado este mejoramiento y hermoseamiento del sector”.
Otra de las preocupaciones que manifiestan los miembros del Comité de Defensa del Borde Costero tiene que ver con el pésimo manejo de los residuos alimenticios y, particularmente, con el aceite.
En términos concretos, lo que esperan los vecinos de la avenida Perú, de la plaza Colombia, del Muelle Vergara y del borde costero viñamarino en general, es que no se transformen, definitivamente, “en tierra de nadie”.
PURANOTICIA