
Aunque no todos los días se registran delitos como, por ejemplo robos, los usuarios de los buses interprovinciales confiesan sentirse inseguros, por lo que están a la defensiva. Y aunque la presencia de guardias de seguridad es permanente, no logran bajar sus niveles de temor.
En mayo del año 2000 comenzó a funcionar el Terminal de Buses de Viña del Mar, ubicado en la calle Valparaíso 1055, en pleno centro de la Ciudad Jardín. Desde el 1 de enero de 2023, su administración está a cargo del Municipio, que realizó mejoras en el recinto, como la instalación de más luminarias, arreglos y mantenciones en los servicios higiénicos, además de remodelaciones en los locales de su interior, donde –por ejemplo– funciona una cafetería, una tienda de joyas, confiterías y un espacio en el subterráneo de city tour para entregar información a los viajeros que llegan.
Puranoticia.cl hizo un recorrido por el rodoviario viñamarino para conocer qué piensan los usuarios sobre el terminal. Y, ¿en qué coinciden los testimonios? En la sensación de inseguridad ante la posibilidad de ser víctimas de la delincuencia. Eso lo percibe la gente al interior del inmueble municipal y, peor aún, al salir a la céntrica calle Valparaíso, repleta de vendedores ambulantes ilegales que pululan en cada una de sus esquinas.
A.C.T., hace dos años que trabaja en uno de los negocios al interior del rodoviario. Ya no se siente a gusto, porque dice estar atemorizada: “Si no te asaltan adentro, al salir a la calle no te salvas”. Con esa frase comienza su relato esta mujer que, además, afirmó que "vengo a trabajar todos los días con miedo, porque en cualquier momento puede entrar un hombre, una mujer o un grupo que finja que va a comprar y me asaltan. Después de ver las imágenes de un pasajero que lo asaltaron a la salida del terminal de buses de Valparaíso, en la noche, estoy mucho más angustiada. Mi marido me llama seguido para saber si estoy bien y me pasa a buscar todas las tardes para que no ande sola por el sector”.
Otro pasajero que estaba esperando el bus que lo trasladaría al sur de nuestro país y que estaba apoyado en su maleta, comentó a Puranoticia.cl que que “cuando uno llega al terminal y sale a la calle, es muy brusco el cambio. Está lleno de vendedores ambulantes que te ofrecen anticuchos, empanadas, quesos expuestos a todo sol, bebidas heladas y en la esquina grita un hombre que ofrece traslados. Parece un carnaval y en el terminal, aunque hay guardias adentro, igual me robaron el celular y el tipo se fue corriendo”.
Este fenómeno que ocurre en Viña del Mar –y que también se repite en la vecina ciudad de Valparaíso– fue analizado por Alfonso Kaiser, experto en seguridad y académico de la Universidad de Los Andes (UAndes), quien señaló a Puranoticia.cl que “no sólo los terminales de buses son atractivos para los delincuentes, cualquier aglomeración resulta atractivo, porque uno diluye la capacidad de atención en muchos puntos, por lo tanto, el delincuente tiene más opción de actuar de forma desapercibida”.
De igual forma, el especialista agregó que la región de Valparaíso “no es distinta a las otras regiones del país, pero en cualquier balneario en tiempo estival hay mayor concurrencia de gente, llega más gente al terminal de buses y ahí hay mayor probabilidad que se generen las condiciones para cometer delitos. Viña del Mar y Valparaíso están sometidas a una presión mayor que el resto de las regiones".
El profesor Kaiser planteó también que “los viajeros cuando llegan a una zona que no conocen, su atención está en entender dónde están y a dónde tienen que llegar y, entonces, son más propicios a que sean víctimas de un delito, porque su atención está repartida en múltiples tareas”. Y es justamente esa inquietud que el pasajero demuestra la que aprovechan los delincuentes para atacar a sus víctimas.
¿Cómo se pueden evitar los robos? El experto en seguridad entregó recomendaciones que son importantes de considerar en caso de tener programado una ida al terminal de buses de Viña del Mar (o de cualquier otra comuna): “Hay que mantener las manos donde están los objetos de valor, así evitar –a raíz de un roce o un toque– que a uno lo distraigan y ahí el delincuente puede robarle alguna pertenencia”.
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