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La dura realidad de los departamentos del Euromarina II de Reñaca: Aún no pueden ocuparlos

La dura realidad de los departamentos del Euromarina II de Reñaca: Aún no pueden ocuparlos

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El Servicio de Vivienda y Urbanización (Serviu) trabaja en la construcción de un muro de hormigón armado bajo el edificio con el objetivo de detener el crecimiento del socavón y brindar estabilidad a la estructura.

La dura realidad de los departamentos del Euromarina II de Reñaca: Aún no pueden ocuparlos
Domingo 12 de enero de 2025 08:02
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El Edificio Euromarina II, ubicado en Reñaca, sigue sin ser habitable a siete meses de los deslizamientos de dunas que obligaron a evacuar sus 306 departamentos. La situación mantiene en alerta a los propietarios, quienes no solo enfrentan la pérdida del valor de sus inmuebles, sino también un aumento en los costos de arriendos, especialmente durante la temporada estival.

El Servicio de Vivienda y Urbanización (Serviu) trabaja en la construcción de un muro de hormigón armado bajo el edificio con el objetivo de detener el crecimiento del socavón y brindar estabilidad a la estructura. Sin embargo, los afectados temen que estas medidas no sean suficientes para resolver la crisis.

La situación es aún más compleja debido al riesgo crítico generado por el tercer socavón, que se formó directamente bajo el edificio, comprometiendo su base. Jeanette Bruna, abogada que representa a un grupo de los propietarios perjudicados, explicó que este caso difiere de situaciones anteriores como las del Cardinski, Miramar o Alto Santorini.

“Este tercer socavón se están estudiando las responsabilidades compartidas de distintos actores, entre ellos la de la comunidad que había realizado trabajos sin autorización de conexión a la red de alcantarillados y también de evacuación de aguas lluvias”, señaló Bruna a radio Biobío.

Mientras tanto, Serviu Valparaíso afirmó que las obras de estabilización avanzan como parte del proyecto, destacando que el muro en construcción es una medida clave para evitar futuros hundimientos.

A pesar de estos esfuerzos, los propietarios insisten en que la crisis no solo afecta la seguridad de sus hogares, sino también su economía, ya que los arriendos en la región han experimentado alzas significativas durante el verano, agravando el impacto financiero de quienes tuvieron que abandonar el edificio.

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