Soledad Tapia, hermana del piloto, señaló a CHV que al revisar los estados de cuenta detectaron compras y giros por más de $3 millones, incluidos movimientos registrados la noche de la muerte y durante el velorio.
La familia de Fernando Tapia, piloto que falleció el 29 de octubre luego de que capotara su avioneta en la comuna de San Felipe, región de Valparaíso, denunció que un amigo habría utilizado sus tarjetas luego de su muerte, para realizar compras y giros en cajeros automáticos.
El piloto acrobático y presidente del Club Aéreo San Felipe perdió la vida a sus 43 años, en el sector rural 21 de mayo.
El miércoles, la familia del piloto presentó una denuncia por fraude, y el jueves, el sujeto confesó el delito.
En conversación con Chilevisión, Soledad Tapia, hermana del fallecido, acusó que notaron movimientos con sus tarjetas bancarias en un fraude que superaría los 3 millones de pesos.
Además, comentó que "mi sobrino mayor de 24 años logró rescatar el chip del teléfono de mi hermano para rescatar recuerdos. Instala el chip en el celular y llegan notificaciones de transacciones en el banco, pero mi hermano ya había fallecido".
"Una de sus tarjetas de cuenta privada tenía movimientos de gastos, compras, habían giros en la misma noche que falleció y cuando se estaba velando. Se registraron muchas compras. Quedamos estupefactos porque él estaba fallecido", comentó.
Soledad Tapia aseguró que "cada vez que él volaba, dejaba su billetera y las llaves de su casa en el auto y las llaves del auto en el aeródromo". Luego del accidente, el sujeto llegó hasta el lugar del hecho a bordo del vehículo del fallecido.
"Él no ha conversado con nosotros después de confesar, desconozco las razones que dio en Fiscalía. Antes me mandaba fotos desde el cementerio, le escribía a toda la familia mostrando un duelo (...) Se apareció en el lugar del accidente y le pregunté por qué tenía el auto de mi hermano y me dijo que me lo entregaba mañana, yo le dije que no correspondía", señaló.
Por otra parte, la familia cuestionó la hipótesis de un eventual accidente en su muerte. "Hay una parte que tiene que investigar la DGAC (Dirección General de Aeronáutica Civil), él era un piloto experimentado, participaba de festivales aéreos haciendo acrobacias. Jamás habría salido a volar si hubiera visto un desperfecto, el chequeo era muy importante para él".
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