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Editorial: Adiós a Francisco, el Papa que habló nuestro idioma y también en nuestra realidad

Editorial: Adiós a Francisco, el Papa que habló nuestro idioma y también en nuestra realidad

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Editorial: Adiós a Francisco, el Papa que habló nuestro idioma y también en nuestra realidad
Viernes 25 de abril de 2025 18:28
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El funeral del Papa Francisco marcará el cierre de un capítulo profundamente singular en la historia de la Iglesia Católica universal, pero sobre todo en la Sudamericana. Por primera vez –al menos en la historia reciente– los pueblos de América Latina vieron que a la cabeza del Vaticano había un rostro que resultaba cercano y una voz con una tonalidad que en esta parte del mundo es sumamente familiar, y no sólo por hablar nuestro mismo idioma, sino que también por hacerlo conociendo nuestra realidad.

Jorge Mario Bergoglio no fue sólo el primer Papa jesuita, ni simplemente el primer pontífice nacido en el cono sur del continente americano. Fue, ante todo, un líder espiritual que entendió las heridas de esta zona: la desigualdad, la exclusión, la violencia estructural, y desde ahí intentó reconectar la fe con la justicia social.

En una época marcada por el descrédito de las instituciones, Francisco logró que incluso muchos alejados de la fe lo escucharan. Sus gestos —más que sus dogmas— fueron los que calaron hondo: vivir en Santa Marta y no en los lujos de la Santa Sede; lavarle los pies a personas privadas de libertad; recibir migrantes en Lampedusa, en el marco de su primer viaje oficial fuera del Vaticano; abrazar a los desamparados. Francisco no sólo predicó con la palabra, sino también con el ejemplo.

Y aunque visitó un total de 66 países durante su Pontificado, Chile fue sin dudas el que más tensiones generó, ya sea por sus desafortunados dichos pidiendo pruebas en contra del entonces obispo Juan Barros, acusado de encubrir los abusos de Fernando Karadima, como también por verdades necesarias, aún por dolorosas que sean para los religiosos. Su llamado a una Iglesia pobre para los pobres resonó con fuerza en una región donde los clamores por justicia aún esperan respuestas.

Hoy, desde la región de Valparaíso, donde se palpitan muchas de las luchas sociales que dio el Papa, despedimos a Francisco como a un sacerdote cercano, como a un latinoamericano que nos devolvió por 12 años el sentimiento de que también desde este lado del mundo pueden haber autoridades que hablan desde el corazón y no desde sus respectivas posiciones de poder.