Carla Hernández, nieta de la adulta mayor desaparecida, cuestionó el actuar policial y aseguró que el caso ha estado rodeado de una serie de negligencias que hoy buscan esclarecer.
A más de un año y medio de la misteriosa desaparición de María Ercira Contreras, adulta mayor de 86 años cuyo rastro se perdió el 12 de mayo de 2024 durante una celebración familiar por el Día de la Madre en el restaurante del fundo Las Tórtolas, en Limache, surgieron nuevos antecedentes que vuelven a tensionar el caso.
La mujer, cuyo paradero sigue siendo un enigma para las autoridades y su familia, salió de casa ese día para compartir un almuerzo que terminaría convirtiéndose en uno de los episodios más desconcertantes de la crónica policial reciente de la región de Valparaíso.
En las últimas horas trascendió un episodio que involucra a un funcionario de la Policía de Investigaciones (PDI) y a uno de los hijos de la desaparecida. De acuerdo a lo informado por la familia, el detective le habría hecho una inusual pregunta: si “no temía que a su hija (Carla Hernández) le pudiera pasar algo”. El comentario, realizado en el marco de una reunión, generó preocupación y molestia entre los cercanos de la adulta mayor, quienes exigen claridad sobre la intención detrás de esas palabras.
La nieta de María Ercira y vocera del caso, Carla Hernández, ha sido la figura más visible en estos meses de búsqueda. Su presencia constante en los medios de comunicación, donde ha expuesto la ausencia de respuestas y ha cuestionado el desempeño tanto de la PDI como de la Fiscalía, la ha convertido en una referencia pública del caso. De hecho, sus críticas han incluido solicitudes formales para cambiar la dirección de la investigación y a los policías encargados de las diligencias.
En conversación con Puranoticia.cl, Hernández se refirió directamente al mensaje del funcionario policial, el cual la familia calificó como una “amenaza encubierta”. Pese a ello, sostuvo que no siente temor, incluso considerando la alta exposición mediática que ha debido enfrentar estos más de 18 meses. Según dijo, su única prioridad continúa siendo encontrar a su abuela y esclarecer lo ocurrido aquel domingo en Limache.

"Yo tomo conocimiento de esto por mi mamá, que me dice que está muy preocupada por mí porque en esa conversación comentaron esto y un funcionario de la PDI le había dicho a mi papá si no le daba miedo que a mí me pase algo. Esto yo se lo comento al abogado (Juan Carlos Manríquez) y él dice que es una amenaza velada, es decir, una amenaza encubierta, porque ¿por qué a mí me tendría que pasar algo? Y bueno, todos estos antecedentes, en el contexto en que se dieron y todo, ya está en manos de quién tiene que estar y me imagino que se va a investigar", indicó.
De igual forma, subrayó en conversación con Puranoticia.cl de que "por mi parte, yo no tengo miedo de que me pase algo. De todas formas, siempre me cuido porque me estoy exponiendo. Pero sí, la investigación ha sido irregular, han pasado cosas que no deberían pasar. Ya es demasiado, son muchas las omisiones y los errores. Nosotros lo único que queremos es que esto se aclare porque queremos encontrar a mi abuela, pero ha sido una real pesadilla, un infierno, algo que no se lo deseo a nadie".
Además, Carla Hernández se refirió a lo declarado por uno de los trabajadores del fundo, quien ese día se desempeñaba como mesero del restaurante y que afirmó que posiblemente María Ercira fue víctima de una “abducción”. Aunque reconoció la crudeza de esos dichos, la nieta aseguró que no le sorprenden para nada, pues previamente otro trabajador les había comentado que en el lugar “habían duendes” y que probablemente eso explicaba la desaparición de la adulta mayor.
"Realmente es una burla lo que dice esa persona, pero la verdad es que no me sorprende tanto porque mi papá, uno de los días en que estaba buscando a mi abuela, se acerca el portero del restaurante (...) y le dice que en el fundo hay duendes y que posiblemente se la llevaron los duendes. Sentimos que todos se están riendo de nosotros, desde los trabajadores hasta los mismos investigadores", expresó.

La vocera expuso que este tipo de episodios no hace más que reforzar la sensación de abandono que han experimentado como familia, quienes insisten en que la investigación ha tenido fallas estructurales desde sus primeros días. Y es que para ellos, estas señales contribuyen a un clima de desconfianza que –aseguran– ha marcado el desarrollo del caso y ha mantenido abiertas más preguntas que respuestas.
"Yo creo que aquí hay intervención de terceros, que a ella la ocultaron, y que por eso no aparece nada porque no hay un zapato ni nada. Y no es algo que se me ocurrió a mí. Nosotros estamos trabajando con peritos y hay informes de una perfiladora criminal, también de una exPDI, y todo arroja en que todo pasó ahí en el mismo fundo y que seguramente nosotros nos fuimos y en la misma noche la hicieron desaparecer".
Carla agregó que –a juicio de la familia– muchas de las dudas, inconsistencias y fallas en el procedimiento realizado por la PDI tienen un origen claro: lo que describen como una “cercanía evidente” entre funcionarios policiales y los dueños del fundo Las Tórtolas de Limache. Según relató a Puranoticia.cl, ese vínculo quedó en evidencia desde los primeros momentos tras la desaparición de su abuela, a través de gestos y actuaciones que cree que influyeron en la manera en que se condujeron las diligencias.

"A mi papá lo citan como para decirle que ellos (la PDI) han hecho todo de buena fe, que casi que hay un funcionario que está con depresión porque no rescató las horas de grabaciones y que no es su culpa. En el fondo, endosando la responsabilidad a nosotros, cuando son ellos los que debieron haber hecho una buena investigación. Nosotros no tenemos culpa de que ellos no hayan hecho la investigación como corresponde. Y yo creo que no las hicieron como corresponde porque existe una cercanía evidente entre la PDI y los dueños del fundo Las Tórtolas", lanzó Carla Hernández.
Explicó esta afirmación señalando que "nosotros vimos acciones muy extrañas desde el comienzo de la investigación, donde nos pedían que nos acercáramos a la dueña del restaurante, Mónica Kleiner, a pedirle cosas. Por ejemplo, una vez nos pidieron que fuéramos a preguntarle si tenía un pendrive para guardar información. Cosas de ese tipo, donde tú dices que eso lo debería preguntar la policía y que por qué tenemos que hacerlo nosotros. Ahí te das cuenta de la falta de autoridad de la policía frente a los dueños del fundo. Y bueno, todo eso al principio partió como una sospecha, pero en la medida en que la investigación iba avanzando, tú te dabas cuenta de que hay omisiones, hay errores y también una mala forma en su actuar".
Pese a la gravedad del caso y de los nuevos antecedentes, la familia de María Ercira insiste en que no permitirá que el caso quede en el olvido y que seguirá exigiendo respuestas, responsabilidades y una investigación que, a su juicio, esté a la altura de las circunstancias en que ocurrieron estos hechos el 12 de mayo del 2024 en Limache.
PURANOTICIA