Se espera revertir esta situación, sobre todo para los emprendedores que esperan pasar la mala racha y así recuperar sus fuentes de ingresos.
Bahía Inglesa es un pequeño balneario cerca del Puerto de Caldera, región de Atacama. Sus blancas arenas, aguas cristalinas y ambiente tranquilo, hacen de este lugar una zona turística por excelencia con visitantes todo el año.
Camping, restaurantes con variadas opciones culinarias de buen nivel, centros de buceos, puestos de ostiones a orilla de mar, atardeceres inolvidables son algunos de los atractivos que ofrece esta playa que también ha sido afectada por la pandemia.
Con los viajes interregionales se espera revertir esta situación, sobre todo para los emprendedores que esperan pasar la mala racha y así recuperar sus fuentes de ingresos.
RESTAURANTES Y PUESTOS DE OSTIONES
Franciscas Urrejola, asistente administrativa del restaurante Alto Bahía, está feliz de poder recibir al público ya que su local ha estado cerrado desde el inicio de la pandemia. Actualmente trabajan solo 8 personas debido al bajo flujo de personas.
Esto se debe principalmente a que no todas las comunas de la región están en la Fase 3 de Preparación del Plan "Paso a Paso", por lo que esperan aumentar la afluencia de turistas provenientes de la cercana comuna de Copiapó que recién este sábado 3 de octubre pasa a la etapa 2 de Transición.
Por su parte, Alejandro Montero, acuicultor propietario de "Ostiones Vivos" y de "Granja Marina", sigue trabajando a pesar de las dificultades económicas. No tiene ventas desde el 14 de marzo, pero espera que "noviembre sea una buena etapa para comenzar".
TIENDA DE BUCEO Y CENTRO DE ESTÉTICA
André Vallejos, director del Centro de Buceo "Bahía Mar", considera que después de seis meses con el local cerrado "la situación es realmente crítica" y que no ha recibido ninguna ayuda por parte del gobierno.
"Se han llenado la boca diciendo que hay un montón de recursos, fondos para la reactivación del turismo, pero la verdad es que yo he postulado absolutamente a todo lo que ha salido y siempre quedo fuera de convocatoria, la ayuda que he recibido ha sido absolutamente nula, puras promesas", asegura el empresario.
Irma Candelaria Carrizo, dueña del "Centro de Estética Pamela" conocido en la zona por 20 años, tampoco ha sido beneficiada con bonos por parte del gobierno, pese a tener cerrado desde el 18 de marzo.
Actualmente sobrevive con una pensión vitalicia de viudez de $147.000. "Me gustaría tener un pequeño aporte para reactivar mi local, para tener todos los insumos que se necesitan para activarme porque amo mi profesión y no creo que la deje", dice.
PURANOTICIA