Habitantes de El Rungue trabajan con un equipo interdisciplinario del plantel, liderado por la Facultad de Ingeniería, a través de un proyecto que favorece a 18 familias en tiempos de Covid-19.
Un equipo interdisciplinario de la Universidad de Playa Ancha (UPLA), liderado por la doctora Ximena Espinoza Ortiz, coordinadora de Ingeniería Civil Ambiental de la Facultad de Ingeniería, trabaja con 18 familias de la junta de vecinos El Rungue para producir hortalizas libres de contaminación en las comunas de Quintero y Puchuncaví.
Y lo hace a través de un proyecto financiado por un fondo de Vinculación con el Medio 2020 del plantel, denominado «Red comunitaria intergeneracional para la producción de hortalizas en espacios confinados en tiempos de pandemia». La iniciativa busca generar huertos urbanos que permitan enfrentar las consecuencias económicas y sociales generadas por el Covid-19.
En este contexto, ya han desarrollado espacios de reflexión sobre los efectos sociales y económicos de la pandemia y su experiencia de vida en una zona de sacrificio y, desde lo técnico, ejecutan talleres en los que aprendieron a utilizar arduinos, junto con analizary describir perfiles de suelo de su entorno, con el fin de conocer formas iniciales de aislamiento de contaminación en dicha matriz.
"A través de talleres educativos en línea que están basados en módulos de trabajo que utilizan metodologías activas, pretendemos lograr el aprendizaje significativo y el desarrollo de competencias de las socias de la Junta de Vecinos de El Rungue. También esperamos crear junto a ellas una red comunitaria para la producción de hortalizas en espacios confinados, que a futuro les pueda permitir a la comunidad hacer frente a situaciones de falta o escasez de alimentos", detalló la académica Ximena Espinoza.
Cabe señalar que las vecinas recibieron semillas y tierra biológica para iniciar o potenciar sus huertas urbanas, con la idea de que no sólo aprendan a cosechar sino que también puedan establecer un plan de negocios que les permita vender sus productos, certificados como libres de contaminación, en mercados de Viña del Mar.
María Obregón, tesorera de la junta de vecinos de El Rungue, detalló que "todas las socias que están participando lo han encontrado súper bueno. Lo único que han encontrado difícil es la tecnología porque como todas somos mayores nos cuesta un poco, pero de a poco nos hemos adaptado, la que sabe más le enseña a la otra y así nos hemos ido apoyando. Entonces, ha resultado bien y veo que están interesadas realmente muchas de las socias que están participando porque uno cultiva en su casa, los huertos familiares. Es como aprender mejor y más".
La dirigenta agradeció el apoyo brindado por la UPLA,sobre todo en el cambio de tierra y cómo utilizar las tecnologías. "Para nosotros, eso va a ser súper bueno y después lo vamos a utilizar como comunidad en general, porque acá hay mucha gente que cultiva sus huertos, entonces eso es un muy buen apoyo para nosotros".
En diciembre finalizará el proyecto, cuyos resultados servirán para "reflexionar sobre el sistema agroalimentario y la sostenibilidad urbana, y para sensibilizar a la comunidad, mostrándoles una posibilidad de mejora en la que ellos podrán ser partícipes de la solución, considerando que la problemática a abordar impacta a personas mayores (Covid 19) y a ciertos territorios que son más vulnerables, en el caso de la localidad de El Rungue por la contaminación. Por ello creemos que nuestra propuesta es pertinente y relevante para mejorar la calidad de vida de las comunidades fortaleciendo sus capacidades", planteó el coordinador docente de Ingeniería Informática, Javier Castillo Allaria.
PARTICIPANTES EN INICIATIVA
Junto a la académica Espinoza participan la decana de la Facultad de Ingeniería, Verónica Meza; el coordinador docente de Ingeniería Informática, la antropóloga social y académica de la Facultad de Ciencias Sociales UPLA, doctora Clorinda Cuminao; el doctor en Agronomía de la Universidad Federal de Goiás (Brasil), Emiliano Lôbo, el exalumno de Ingeniería Civil Ambiental Luis Salazar y la estudiante de dicha carrera Daniela Guzmán.
Cabe destacar que, en paralelo al trabajo realizado con la comunidad de El Rungue, se aborda la problemática de las heladas y la sequía con el Comité de Agua Potable Rural (APR) Lo Orozco de Casablanca.
PURANOTICIA