La idea de la Fiscalía es contrastar el relato del presunto sicario con su declaración judicial y establecer si es verosímil la descripción que hizo del crimen de la contadora.
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Por cerca de tres horas se desarrollará la reconstitución de escena en el caso por la muerte de la contadora Viviana Haeger la mañana de este martes en Puerto Varas.
La idea de la Fiscalía es contrastar el relato del presunto sicario con su declaración judicial y establecer si es verosímil la descripción que hizo del crimen.
El enigmático caso habría prescrito en cinco años, pero el presunto asesino material no fue lo suficientemente reservado respecto al crimen. Su historia llegó a oídos de una interna del Centro de Cumplimiento Penitenciario de Alto Bonito que acudió al abogado Sergio Coronado, profesional que representa a la madre y hermanas de la contadora. La Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones de Osorno llegó hasta José Pérez y el supuesto sicario terminó confesando.
José Heriberto Pérez Mancilla habría llegado temprano y en locomoción colectiva hasta la parcela ubicada en el parque Stocker, a un costado del camino a Ensenada. La víctima lo conocía ya que había realizado distintas reparaciones en la casona.
El supuesto sicario pasaba por problemas económicos. Su mujer se había sometido a una costosa operación y él no estaba trabajando porque se dedicaba a su cuidado. El que había sido su jefe, a quien conocía desde hace casi dos décadas, el ingeniero Jaime Anguita, dueño de la constructora Puerto Octay, le habría ofrecido un pago de cinco millones de pesos por eliminar a la contadora.
El martes 29 de junio de 2010 Viviana Haeger no concurrió a buscar a sus niñas al Colegio Alemán. Tenía 42 años cuando desapareció y su cuerpo fue encontrado 42 días después en el entretecho de su vivienda. Pérez Mancilla confesó que él la asfixió hasta darle muerte y luego la ubicó en ese lugar, una especie de ático al que se ingresaba desde la pieza matrimonial en el segundo piso del inmueble. Luego se dirigió a un centro de llamados y pasadas las 13:00 horas llamó a Anguita.
La grabadora de video Handycam de la víctima, una cámara fotográfica y su teléfono celular, que estuvieron en poder del carpintero, además de un retrato hablado hecho a partir de la descripción del dueño del centro de llamados que coincide con la apariencia de Pérez, son los elementos que respaldaron la confesión.
AGENCIA UNO
