Los desechos de implementos médicos y el vertimiento de aguas servidas en el océano constituirían los principales vehículos de transporte del virus en el mar.
Los ecosistemas acuáticos como océanos, lagos y ríos son indispensables para el equilibrio del planeta, en términos de biodiversidad, clima y como fuente de agua para actividades industriales, la agricultura y el consumo humano.
A pesar de las múltiples preocupaciones que ha generado la pandemia del Covid-19, es de alta importancia tomar conciencia del lugar que ocupamos en el ambiente y del impacto que tenemos sobre él.
En este contexto, la especialista en ecología microbiana del Centro de Estudios Avanzados (CEA) y del Centro de Investigación HUB Ambiental de la Universidad de Playa Ancha (UPLA), Dra. Céline Lavergne, explica que existe un incremento en la cantidad de desechos plásticos como mascarillas y guantes quirúrgicos, así como químicos, entre ellos el cloro y otros desinfectantes, que llegan al mar afectando la calidad del agua y de la vida que alberga.
La investigadora agrega que es sabido que el SARS-CoV-2 está presente y se transporta a través de las aguas residuales que, en gran parte, terminan desembocando en el mar sin previo tratamiento de inactivación -desinfección- microbiológica. "Como se ha descrito también, el virus SARS- CoV-2, de la familia de los Coronaviridae, es sensible a la luz UV y a las altas temperaturas, por lo cual el invierno en el que nos encontramos sería favorable para su expansión por la vía aérea", sostiene la Dra. Lavergne.
Sin embargo, afirma la investigadora, aún no se tienen datos concluyentes que confirmen la transmisibilidad y capacidad de persistir del SARS-CoV-2 en aguas dulces o marinas.
"Los únicos antecedentes existentes hasta ahora sugieren que este virus podría mantenerse hasta 14 días en agua dulce a 4ºC. Nuestras evaluaciones preliminares junto a otros investigadores de la Universidad de Magallanes y de la Universidad de Chile, sugieren que SARS-CoV-2 podría infectar a mamíferos marinos, como ciertos cetáceos (delfines, ballenas), esto ya que los mecanismos de infección del virus con humanos, debido a la cercanía genética, podrían ser similares. No obstante lo anterior, aún no hay confirmación de transmisibilidad desde el humano hacia fauna marina, ciertamente fuente de inspiración para nuestras futuras investigaciones en la materia", precisa.
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