Las especies incautadas fueron avaluadas en un millón de pesos.
Durante el control rutinario de encomiendas e ingreso, personal de Gendarmería logró detectar el contrabando de teléfonos y fármacos que se encontraban ocultos en el tapizado de un sillón, el cual presuntamente sería restaurado en el taller de carpintería.
Hallazgo que permitió la incautación de cerca de mil comprimidos farmacológicos del tipo clonazepam, y 14 teléfonos móviles que serían comercializados al interior del penal, donde triplican su valor en el comercio.
Cabe señalar que el alcaide del penal, comandante Rosendo Cerda, avalúo las especies incautadas en un millón de pesos, quien además agregó que no hay certeza sobre la persona que sería la destinataria de las especies, porque en la práctica no alcanzó a ingresar el contrabando.