Dra. Yudi Herrera, especialista en estrategia de aprendizaje de la UPLA, asegura que leer con un propósito y empezar con textos de interés, es clave.
Las cifras poco y nada nos acompañan. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), sólo el 5% de los profesionales en Chile presenta un alto nivel de comprensión lectora, mientras que el promedio de los países más desarrollados arroja un 21%.
Se trata del informe "Education at a Glance 2018", el que revela que sólo el 1% de las personas adultas, que tiene educación media completa, entiende lo que lee.
Al respecto, la Dra. Yudi Herrera, especialista en estrategias de aprendizaje de la Universidad de Playa Ancha (UPLA), asegura que sobre un 50% de personas no entiende instrucciones escritas básicas, como las que contienen los manuales o cómo usar un producto de línea blanca de alta tecnología. En su opinión, ello se debe a diversos factores como la falta de concentración, lectura superficial y rápida, y falta de hábito lector, entre otros.
Precisa que la comprensión lectora se debería promover en la Enseñanza Básica y Media, pero cuando ello no ocurre, las universidades se preparan cada vez más para desarrollar esta habilidad, pues resulta esencial para los aprendizajes. En relación a los elementos que afectan la lectura, destacó los conocimientos previos, los propósitos de la lectura y los tipo de texto, los cuales son tan útiles para aquellos más complejos y abstractos, como también para las instrucciones del uso de un electrodoméstico.
"Primero, tienes que tener claro el propósito: que te funcione la secadora o el aparato que estás pensando utilizar. Dar una mirada al índice, los títulos, subtítulos. Entonces, si lo que necesito es lavar, no necesito leer todo el manual sino seguramente tendré en cuenta las precauciones del aparato y luego, cómo funciona. Pensar que tengo que leerlo completo, sin un propósito específico, es lo que me parece aburrido", dijo la especialista.
Agregó que cuando las instrucciones son demasiado técnicas o no están escritas pensando en el usuario, se dificulta la comprensión, en cuyo caso es recomendable contar con algún conocimiento previo sobre el tema o, bien, aclarar los conceptos clave. Ahora bien, en el caso de la lectura de diarios, sugiere comenzar por aquellos breves, simples y que responden a nuestras propios intereses, para luego ir aumentando la dificultad y extensión de los artículos.
Una vez que seleccionamos el texto, que para nosotros tiene un propósito claro y sobre el cual tenemos conocimientos previos, la doctora Herrera advirtió que es necesario detenerse y preguntarnos si entendemos lo que estamos leyendo.
Sugiere subrayar el texto, marcar aquello que nos llamó la atención (una definición, una idea, etc..) o aquello que no logramos entender. De este modo, es posible que más adelante, algo nos haga sentido, y sea necesario volver a aquel párrafo que estaba marcado.
Escribir una idea con nuestras propias palabras, también es una estrategia que nos permite lograr una mejor comprensión de lo que leemos, lo mismo que hacer comentarios a un costado de cada página. En este sentido, la especialista asegura que mientras más intervenciones hagamos al texto que leemos, más fácil será la comprensión del mismo.
También es muy útil relacionar lo que se lee con las experiencias personales, con las emociones, o con otros texto leídos, pues ello facilitará visualizar el sentido de lo que se lee y, a su vez, que el texto tenga más significado para cada persona.
Tras concluir la lectura, también es posible desarrollar algunas estrategias como hacer un resumen de lo que se leyó; elaborar un texto nuevo solo con los comentarios y con lo que subrayamos; determinar cuál fue la idea central del texto; qué conclusiones se alcanzaron; o qué posturas se presentaron en el texto.
"Es algo sencillo que podría ayudarnos a leer con sentido, a poder conversarlo con otros, también. Cuando tú has leído algo interesante, lo comentas a tu familia, a tus hijos, a otra persona, contagias el gusto por leerlo o revisarlo, tú también te das cuenta que te permite socializar, poner tu mente en actividad y además, puedes generar otros aprendizajes. Es decir, la lectura te mantiene activo y tienes menos posibilidades de tener enfermedades como el Alzheimer, y puede ser con textos electrónicos, textos, con hojas, en distintas modalidades", dijo la especialista, quien aseguró que la comprensión lectora se puede desarrollar a cualquier edad.
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