La bodega Pedro Montt a unos pocos pasos del Congreso Nacional abrió sus puertas de mano de la familia Bacigalupo en la primera década del 1900.
La bodega Pedro Montt a unos pocos pasos del Congreso Nacional abrió sus puertas de mano de la familia Bacigalupo en la primera década del 1900. Y este viernes el mítico negocio de abarrotes bajará la cortina para la tristeza de sus clientes.
Comenzó como el típico negocio de barrio, con grandes estanterías rellenas con botellas de aceites, conservas y aliños de todo tipo y que hasta el día de hoy se mantenían en perfectas condiciones. Poco a poco, fue teniendo un público fiel que por generaciones se han mantenido. Es por eso, que hoy ven con tristeza el cierre de este lugar con historia y recuerdos.
Una buena opción que ofrecía la Bodega Pedro Montt es que los clientes podían comprar a granel varios productos como el té de hoja y la atención era personalizada, algo que claramente difiere de los grandes almacenes o supermercados.
Durante este viernes, muchos han llegado a comprar los últimos enseres y abarrotes para su hogar.
Pn/cp
AGENCIA UNO