Áreas limpias mezcladas con área sucia, falta de señalización, baños en mal estado, sillas de un comedor reubicadas sin respetar distancia e incumplimientos en el uso de mascarilla, fueron algunas de las situaciones consignadas.
En el marco de la contingencia sanitaria que enfrenta el país debido a la pandemia del coronavirus, dos fiscalizaciones y una denuncia permitieron a la Contraloría Regional de Valparaíso detectar sendas falencias en los hospitales Carlos van buren, en Valparaíso; y Dr. Gustavo Fricke y hospital Naval, en Viña del Mar, respectivamente.
Bajo este contexto, el pasado 1 de julio, funcionarios de la Seremi de Salud de Valparaíso concurrieron hasta el hospital base porteño para realizar una fiscalización a sus dependencias, acción que derivó en un informe que fue enviado a la Contraloría Regional, la cual emitió las respectivas instrucciones para subsanar lo detectado por la autoridad sanitaria local, documentos a los cuales tuvo acceso Puranoticia.cl.
En ese sentido, se logró advertir que los funcionarios constataron irregularidades respecto a las medidas de protección y prevención adoptadas ante el brote de Covid-19, haciendo especial mención a que 125 funcionarios de dicho establecimiento de salud porteño han sido confirmados como casos positivos de este nuevo coronavirus.
La mayoría de estas observaciones dicen relación con el incumplimiento de medidas destinadas al resguardo de la salud de los funcionarios del recinto médico, consignándose, por ejemplo, que en la entrada, ubicada en la subida El Litre, no se aplica el protocolo de ingreso y no se dispone de alcohol gel en el reloj control.
Además, en el séptimo piso, donde se ubica el área Covid, no se han señalizado los factores de riesgo, tales como pasamanos, manillas y basureros con tapa; los protectores faciales son lavados después de su uso, quedando en la superficie para ser nuevamente utilizados; presenta casilleros en los pasillos; las áreas limpias tienen elementos del área sucia; y los afiches educativos se encuentran en mal estado.
De igual forma, los funcionarios de la Seremi de Salud reportaron que en los comedores implementados para el personal no cumplen con la distancia social reglamentaria, carecen de ventilación y cuentan con basureros sin tapa, donde son desechados los elementos de protección personal de los funcionarios, los utensilios de alimentación y protectores faciales no se encuentran individualizados. También, ante la ausencia de horarios diferidos, se presentan aglomeraciones del personal en casino y comedores.
Extintores sin carga vigente; no consta que ese hospital haya establecido mecanismos para verificar el cumplimiento de las medidas internas adoptadas por el brote de Covid-19, como tampoco existe un registro de entrega de elementos de protección personal, según nivel de actividad y exposición; y se comprobó la falta un procedimiento y supervisión debidamente escriturado de limpieza y desinfección de elementos de protección personal reutilizados, son otras de las falencias detectadas por la autoridad sanitaria en el hospital base de Valparaíso.
Teniendo en cuenta todas estas situaciones informadas por la Seremi de Salud en su informe, Contraloría recordó que el hospital Van Buren es "responsable de la ejecución de las acciones que tiendan a asegurar la salud de los habitantes de la República". Además, son encargados de la "promoción, protección y recuperación de la salud", añadiendo que "su finalidad es promover el bien común, atendiendo las necesidades públicas en forma continua y permanente".
Cabe hacer presente que el centro asistencial porteño, en su oportunidad, remiitió diversas directrices emitidas para implementar el correcto uso de los elementos de protección personal y asegurar su disponibilidad para todo el período de contingencia, advirtiéndose, además, que se han dictado resoluciones internas para capacitar al personal acerca de las medidas de protección, como también para limitar la circulación de pacientes por el hospital y el contacto del equipo médico con pacientes sospechosos de Covid-19.
En consecuencia, y ante las falencias detectadas en relación al personal del hospital Carlos van Buren, Contraloría estableció que el jefe del centro asistencial "debe adoptar medidas" a fin de resguardar la continuidad del servicio público y procurar el bienestar general de la población, así como también proteger la vida y salud de sus servidores, evitando la exposición innecesaria de estos a un eventual contagio, .
"Corresponde al jefe superior del servicio adoptar las medidas de gestión ordinarias y extraordinarias que estime necesarias -entre las cuales se encuentra conocer y aplicar los criterios establecidos por la autoridad sanitaria, como también verificar el efectivo cumplimiento de las directrices internas emitidas-, a fin de resguardar la continuidad del servicio público y procurar el bienestar general de la población, debiendo además proteger la vida y salud de sus servidores, evitando la exposición innecesaria de estos a un eventual contagio", manifestó el ente de control.
Días antes de la fiscalización en el hospital Carlos van Buren, la Seremi de Salud realizó lo propio en el Dr. Gustavo Fricke de Viña del Mar, tanto en el laboratorio clínico como en otras dependencias, donde también se detectaron una serie de irregularidades cometidas al interior del establecimiento.
En ese sentido, se logra advertir que los funcionarios de la Seremi constataron falencias por parte de ese centro hospitalario en relación a las medidas de protección y prevención adoptadas ante el brote de Covid-19, poniendo énfasis en que 394 funcionarios han sido informados como casos positivos del nuevo coronavirus.
Así, se observó en los servicios de medicina adulto y cirugía adulta la ausencia de casilleros; tubos de oxigeno sin afianzar; baños para pacientes en mal estado; un contenedor final de residuos del servicio ubicado en un baño; insumos en cajas sin utilizar; pasillos obstruidos por objetos no usados; y la no toma de temperatura al ingreso de los turnos.
A su vez, respecto de los funcionarios del hospital, se advirtió que en los sectores de residencia de médicos, enfermeras y personal, existían refrigeradores con comida y utensilios de cocina almacenados en el mismo sector, sin identificación ni separación; que un auxiliar en el sector de cirugía realizaba sus funciones de lavado de material sin el alumbrado "encendido"; que en la sala de residencia médica se evidenció un mayor número de funcionarios que lo permitido en el espacio físico, conforme a las medidas de distanciamiento.
También se detectó inexistencia de delimitación de áreas acorde al distanciamiento en los vestuarios de hombres y mujeres; y que en los comedores los usuarios no respetan la disposición de las sillas, reubicándolas y disminuyendo el distanciamiento y la ausencia de barreras físicas durante el almuerzo, observándose que algunos trabajadores se retiraban sus mascarillas para dejarlas sobre la mesa.
En cuanto al laboratorio clínico, se reportó que el área sucia no cuenta con presión negativa y que las salas de los procesos no tienen luz UV para los procedimientos que allí se realizan, las cuales deben ser encendidas al principio y al final de los mismos.
Teniendo en consideración todos estos antecedentes expuestos, especialmente los relacionados al número de funcionarios Covid-19 positivo informados por la Seremi en su acta, Contraloría indicó que el jefe del hospital Dr. Gustavo Fricke "debe adoptar medidas", a fin de resguardar la continuidad del servicio público y procurar el bienestar general de la población, como también proteger la vida y salud de sus servidores, evitando la exposición innecesaria de estos a un eventual contagio.
"Corresponde señalar que ese servicio debe adoptar todas las acciones destinadas a atender la emergencia derivada del brote del Covid-19, en coordinación con los demás organismos públicos, evitando poner en riesgo la seguridad y salud de su personal", añadió el ente fiscalizador en su informe.
La tercera situación revelada por Contraloría dice relación con una denuncia realizada por una persona, que bajo reserva de identidad, indicó que el hospital Almirante Neff de la Armada (Hospital Naval) se habría negado a practicar el test de Covid-19 a los funcionarios del servicio de esterilización. Esto, a pesar de que tuvieron contacto estrecho con el jefe de esa unidad, quien dio positivo por coronavirus.
Consultado por esta situación, el Director del aludido centro de salud aseguró, en síntesis, que ningún funcionario solicitó la realización del examen en cuestión y que actuó conforme a los protocolos vigentes.
Cabe recordar que al momento de la denuncia, el país ya se encontraba en etapa 4 del Covid-19, vale decir donde la transmisión del virus es sostenida, con circulación viral y dispersión comunitaria. Bajo este contexto, el centro asistencial de la Armada respondió diciendo que "ninguno de los funcionarios que mantuvo contacto con el caso confirmado tuvo síntomas como los descritos" y que "no se les consideró como casos sospechosos", lo que no obstó que aquellos trabajadores acudieran voluntariamente a los centros de salud a realizarse el correspondiente examen de PCR.
Con todos estos antecedentes y, considerando que el denunciante bajo reserva de identidad no hace mención alguna a la eventual sintomatología que lo habría afectado a él o a sus pares, "corresponde desestimar la consulta sobre este punto", según lo estableció la Contraloría Regional de Valparaíso.
No obstante, revisadas las fotografías adjuntas por el denunciante, se constata la realización de una reunión, donde algunos de los funcionarios aparecen sin sus mascarillas o estas son utilizadas por debajo de la nariz; que las personas se agruparon sin mantener distancia alguna; y que existía disponibilidad de alimentos en el lugar, de modo que, de haber sido consumidos, significó necesariamente el no uso de las mascarillas.
Bajo esas circunstancias, Contraloría hizo presente que el Protocolo de Contactos de casos Covid-19, durante la fase 4, establece que las personas que han mantenido contacto estrecho con un caso confirmado -como las descritas en la denuncia-, se les clasifica como "contactos de alto riesgo", debiendo mantener una cuarentena en su domicilio por 14 días desde la fecha del último contacto con la persona infectada, respecto de lo cual ese servicio no se pronuncia.
En ese sentido, el ente fiscalizador insistió en que "corresponde al jefe superior del servicio adoptar las medidas de gestión ordinarias y extraordinarias que estime necesarias -entre las cuales se encuentra conocer y aplicar los criterios establecidos por la autoridad sanitaria-, a fin de resguardar la continuidad del servicio público y procurar el bienestar general de la población, debiendo además proteger la vida y salud de sus servidores, sea cual sea el régimen jurídico al cual se encuentren adscritos".
PURANOTICIA