Candidata de Convergencia Social pidió que las próximas autoridades, tanto municipales como regionales, prioricen el abastecimiento de agua potable y saneamiento a los campamentos instalados en la Ciudad Puerto.
Camila Nieto Hernández, contempla Valparaíso desde la altura, pero con los pies bien puestos en la tierra. Sus 30 años han transcurrido en la parte más alta del cerro Las Cañas, su hogar, el lugar desde donde vio y vivió injusticias que la llevaron a estudiar Derecho en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), y ahora, a presentarse como candidata a Concejal por la Ciudad Puerto.
Desde lo alto del cerro, la abogada militante del partido Convergencia Social (CS) hace énfasis en una realidad que muchos conocen, pero que nadie prioriza: las precariedades que enfrentan día a día miles de familias para poder acceder a diversos servicios básicos de subsistencia, como el agua potable y el saneamiento.
Nieto aborda el creciente aumento del número de campamentos y de familias que los habitan, comparando las cifras del Catastro Nacional de Campamentos de 2019 del Ministerio de Vivienda, con 11.228 familias viviendo en dichas circunstancias; y el reciente estudio 2020-2021, elaborado por Techo-Chile y Fundación Vivienda, que informa 23.843 familias y 225 campamentos en la región de Valparaíso.
Preocupantes cifras que, a juicio de la abogada, son "consecuencia de años de políticas orientadas al mercado del suelo y la vivienda y, por otro, a raíz de una compleja crisis social que se arrastra previo a la pandemia del coronavirus y que se estaría agudizando en este periodo de restricciones sociales y económicas".
Pero el catastro 2020-2021 también pone en relieve al acceso al agua y saneamiento en campamentos: un 39% accede al agua potable mediante "pinchazos" a la red pública y otro 31% se abastece mediante camiones aljibes, mientras que cerca de un 44% tiene acceso al saneamiento mediante pozos negros, acequias o canales.
En este ámbito, la candidata del Frente Amplio no duda en apuntar al rol de la Municipalidad de Valparaíso, pero no por falta de voluntad, sino de recursos: "Al año 2019, la Municipalidad repartía agua semanalmente mediante camiones aljibes a cerca de 500 familias de la comuna, gran parte de los sectores altos y/o periféricos de la ciudad, en una cantidad y frecuencia limitada por el número de camiones aljibes que posee el municipio y recursos para ejecutar esta tarea".
No obstante -continuó- "estas capacidades se ven continuamente sobrepasadas por el crecimiento de los campamentos, incluso en sectores de difícil acceso para los aljibes, y también por las dificultades de logística y coordinación entre diversos organismos que cumplen un rol en este proceso. Es crucial que las próximas autoridades comunales y regionales coloquen en el centro de sus prioridades impulsar políticas, normativas y recursos para garantizar la continuidad en la distribución del agua acorde a los 100 lt diarios por persona que ha ratificado recientemente la Corte Suprema".
La carta de CS al Concejo de Valparaíso apunta también al desempeño de la sanitaria Esval que, ante este escenario, – a su juicio- ha sido deficiente y no ha estado a la altura de las necesidades de Valparaíso: "Es una empresa sin ninguna responsabilidad social que, ante la situación de crecimiento de campamentos, decidió tomar medidas como el dejar solo un punto habilitado en toda la comuna para la extracción de agua y alimento de los camiones aljibes".
Pese a ello, Camila Nieto reconoce una problemática estructural, señalando que "el acceso al agua y la vivienda son una temática estructural. Hemos tenido una seguidilla de gobiernos que no han sido capaces de hacer una política basada en el derecho a la vivienda digna para todos, es por eso que el proceso constituyente es tan relevante, es una oportunidad histórica para la creación de condiciones que permitan políticas públicas, cuyo eje sea la dignidad".
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