Julio Oliva indicó que "se murió la mano de hierro de la DINA, el cómplice mayor de Pinochet, el 'oficial de inteligencia', pero el modelo impuesto a sangre, tortura y muerte, sigue vivo y en pie".
Julio Oliva, hijo de un ejecutado político y vocero de la Comisión Funa aseguró que la muerte del ex jefe de la desaparecida Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), general (r) Juan Manuel Guillermo Contreras Sepúlveda, alias "El Mamo", dejó en evidencia las "otras impunidades" que a su juicio se pactaron en el modelo de transición chileno a la democracia.
Contreras, el cerebro de la desaparecida Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), el organismo represor de la dictadura cívico militar que encabezó Augusto Pinochet, falleció el viernes 07 de agosto a las 22:30 horas, en el Hospital Militar de Santiago, donde se encontraba hospitalizado desde el 24 de septiembre de 2014. De ahí su cuerpo fue retirado de madrugada para su cremación en una ceremonia privada en la que el fallecido vistió el uniforme de gala del Ejército. Sobre el retirado oficial pesaban 40 condenas por delitos como secuestros, homicidios, asociación ilícita y apremios ilegítimos, sumando condenas de 529 años de presidio que cumplía desde 2005 en el penal especial de Punta Peuco, en las afueras de Santiago.
"La muerte del 'Mamo' deja al descubierto las otras impunidades. La del pacto entre la Concertación, el imperialismo y Pinochet para que nada de fondo cambiara, para que las empresas del Estado regaladas a parientes y amigos no fueran desprivatizadas, para que las AFP's e isapres -en manos de esos mismos grupos-, siguieran robándose los ya escuálidos salarios de los trabajadores; para que el lucro se convirtiera en la esencia de la Educación, la Salud y la Vivienda, para que los empresarios compraran políticos a precios de liquidación", afirmó Julio Oliva en una columna, en la que comenta que Contreras se fue de este mundo "a lo bandido".
"Será absuelto, por muerte, de las condenas que sumaban más de 500 años, pero que también daban cuenta de cómo se centralizaron en unos pocos los procesos por el genocidio. Fueron miles los agentes del Estado que se pusieron al servicio de la máquina del horror, la inmensa mayoría de ellos siguen en el silencio y la impunidad, como siguen los cómplices civiles, muchos de los cuales fueron promovidos a demócratas por quienes han gobernado desde 1990", aseguró el vocero de la Comisión Funa, organización dedicada a revelar la identidad de personas vinculadas a crímenes contra los derechos humanos desde octubre de 1999.
Oliva sostuvo que "se murió la mano de hierro de la DINA, el cómplice mayor de Pinochet, el 'oficial de inteligencia', pero el modelo impuesto a sangre, tortura y muerte, sigue vivo y en pie", aseguró, resaltando que "si de verdad queremos que exista justicia para quienes han sido torturados, ejecutados y hechos desaparecer en dictadura o durante estos años de gobiernos 'en la medida de lo posible', lo único serio y responsable es proponerse terminar con todo vestigio de la dictadura", reflexionó el dirigente social.
Pn/fg
AGENCIA UNO.