El Departamento de Estudios de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo publicó los resultados del indicador sobre la venta de comida rápida en el país.
Según el estudio, también mostró una baja real anual de 3% respecto al mismo período de 2019, pero una mejoría en comparación al período entre julio y septiembre de 2020, tiempo que cerró con una caída del 51,9%.
Así, el sector cerró el segundo semestre del año pasado con una caída de 34,6% y acumuló una baja histórica de 39,7% real en 2020, mientras que en términos de locales equivalentes, la segunda mitad del año pasado evidenció un descenso real de 19%, dada la menor cantidad de locales funcionando, y cerró el año con una baja de 32,4% real.
"Las ventas de comida de servicio rápido marcaron una histórica baja de 39,7% real el año pasado producto de la pandemia. La imposibilidad de poder operar de manera física en gran parte de los locales tuvo, y sigue teniendo, fuertes efectos en los resultados del sector, y si bien muchos potenciaron sus opciones de delivery esto no fue suficiente para sostener el fuerte golpe en sus resultados", explicó la gerente de Estudios de la CNC, Bernardita Silva.
En esa línea, sostuvo que "en el último trimestre del 2020 la baja base de comparación, sobre todo de octubre y noviembre, ayudó a los resultados del sector, junto con el levantamiento de restricciones de funcionamiento dado las mejores cifras de contagio que se vieron en esos meses. Sin embargo, en diciembre vuelven a desacelerarse fuertemente las ventas dado la segunda ola, retorno a la fase dos en varias comunas e incluso a cuarentenas totales en otras".
"La dinámica del consumo dado los confinamientos también cambió durante el año, pasando de una compra individual a una más grupal o familiar, lo que se refleja en el aumento promedio por boleta, sin embargo, se evidencia una fuerte baja de 55% en el número de transacciones durante el año pasado al comparar con 2019, y en el último cuarto del año las transacciones cayeron un 42,3% anual tras caer un 74,4% en el tercer trimestre, dando cuenta de la fuerte caída en la afluencia de público", añadió.
Además, anticipó que "ante este escenario y mientras se mantengan las restricciones sanitarias, el sector gastronómico continuará viéndose fuertemente afectado, por lo que se necesita evaluar nuevas medidas de ayuda, como aumentar los límites de cobertura y plazos de gracia para los créditos Fogape del sector, junto con exención de pago de patentes y contribuciones. Las empresas de servicio de comida rápida tendrán en los próximos meses una fuerte presión para cumplir con sus costos mensuales; además de tener que comenzar a pagar obligaciones pospuestas debido a la pandemia se han endeudado fuertemente desde la crisis social para poder salir adelante y ante la imposibilidad de poder operar muchas se quedarán en el camino".
"Gran parte de los locales se encuentran dentro de los centros comerciales y el cierre de las mesas en los patios de comida los está afectando fuertemente, por lo que se debe trabajar colaborativamente, cumpliendo los protocolos establecidos y llegar a una solución conjunta para darle continuidad operacional a estos negocios", planteó.
Respecto a los resultados en regiones, el estudio mostró que la composición de las ventas la región Metropolitana y el resto del país, mostró que estas últimas aumentaron su participación en el último cuarto del año respecto al tercero, representando un 33,6% del total, mientras que región Metropolitana concentró un 66,4% de las ventas totales.
Mientras que las ventas reales de comida de servicio rápido en regiones marcaron en el cuarto trimestre de 2020 una caída anual de 29,2%, tras caer un 62,8% en el tercer cuarto del año, acumulando así en 2020 una baja de 46,4% real.
"Al analizar el comportamiento mensual se registraron fuertes caídas reales anuales de 30,4%, 23,5% y 32,2% en octubre, noviembre y diciembre", explicaron.
En términos de locales equivalentes, las ventas en regiones tuvieron una caída real anual de 12,5% en el cuarto trimestre del año pasado, menor a la baja de 43,2% del trimestre anterior, cerrando el período enero-diciembre con un descenso real anual de 37,1%. En el trimestre, octubre evidenció una baja de 9,3% real anual, luego noviembre marca un menor descenso de 3,1% real anual, para desacelerarse fuertemente en diciembre con una caída de 20,7%.
Finalmente, detallaron que el consumo promedio por boleta, influido por el confinamiento y el cambio en la conducta de los consumidores, primando una compra más familiar o grupal, en vez de individual, alcanzó un valor de $6.540 en el cuarto trimestre de 2020, lo que significa un alza de 36,1% real respecto a igual período de 2019 y una baja de 7,4% respecto al trimestre anterior.
En la región Metropolitana, el consumo promedio por boleta durante el último trimestre del año pasado fue de $6.795 experimentando un alza de 37,3% real anual y una baja de 16,2% respecto al tercer trimestre. Por su parte, en regiones el consumo promedio durante el mismo período alcanzó los $6.285 creciendo un 34,9% real respecto a igual trimestre de 2019 y un alza de 4,3% al comparar con el trimestre previo.
PURANOTICIA