Por mayoría la Sala respaldó el protocolo al ACE N°35 en el marco del Mercosur que “moderniza la realidad de ambos estados al día de hoy” y que incluye beneficios para la pequeña y mediana empresa y normas en materias comerciales y ambientales.
Por 23 votos a favor, 2 en contra y 5 abstenciones, el Senado aprobó el Acuerdo de Libre Comercio entre Chile y Brasil, por lo que quedó listo para su promulgación.
El proyecto refrenda el protocolo adicional al Acuerdo de Complementación Económica N° 35, celebrado entre Chile y los estados partes del Mercosur en diciembre de 2018, que contiene el Acuerdo de Libre Comercio entre Chile y Brasil.
En la sesión de la Cámara Alta participaron el canciller Andrés Allamand y el subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales, Rodrigo Yáñez.
El senador Jorge Pizarro, presidente de la Comisión de Hacienda e integrante de la Comisión de Relaciones Exteriores, destacó que el tratado "se enmarca en el contexto de la inserción económica internacional de Chile, lo que se ha constituido en un componente importante de la estrategia de crecimiento y desarrollo en las últimas décadas, llegando a representar el 57% del Producto Interno Bruto (PIB 2017), de manera que esta apertura comercial nos ha permitido ser uno de los países con la más extensa red de acuerdos comerciales en el mundo, lo que ha permitido mejorar en forma considerable la posición competitiva de las empresas, ya sea de exportadores directos o indirectos".
A su vez, Allamand señaló que "hoy más que nunca es esencial fortalecer nuestras alianzas comerciales para dar un impulso a la recuperación económica. Y este acuerdo va en la dirección correcta, al darle una estructura más sólida a nuestra relación con Brasil, que es nuestro principal socio comercial en la región".
"Este acuerdo nos permitirá modernizar los estándares de la relación con Brasil: incorporará nuevas disciplinas de última generación, actualizará las ya existentes y permitirá que las pequeñas y medianas empresas chilenas puedan acceder en igualdad de condiciones al gran mercado de compras públicas brasileño", agregó el titular de Relaciones Exteriores.
Yáñez, en tanto, apuntó que "la política comercial es hoy día un instrumento para reaccionar frente a la crisis, de dar resiliencia al comercio y de la futura reactivación económica, especialmente de nuestras pequeñas y medianas empresas. El acuerdo comercial entre Chile y Brasil va en esa dirección".
En cambio, el senador Alejandro Guillier hizo presente su abstención por lo reparos en materia ambiental y el trato a pueblos originarios de Brasil, mientras que el senador Carlos Montes anunció la misma votación "por la falta de evaluación de los tratados".
En tanto, el senador Alejandro Navarro anunció su rechazo, por los reparos a la actual presidencia de Brasil.
LOS PUNTOS DEL ACUERDO
Conocido como el ACE N° 35, el acuerdo se suscribió a mediados de los años 90, en un proceso de apertura de la economía chilena por medio de acuerdos comerciales, pero con una cobertura limitada, en especial, en lo referido al comercio de bienes.
En esa línea, este protocolo adecua los estándares de la relación económico comercial de Chile con Brasil mediante la incorporación de nuevas disciplinas, propias de la agenda comercial de este siglo.
Chile suscribió el ACE N° 35 con todos los países del Mercosur, los que constituyen una Unión Aduanera que tiene un arancel externo común, pero que en otras áreas de la economía y el comercio internacional cada país del bloque tiene mayor autonomía normativa para adquirir compromisos internacionales.
En ese contexto, en 2016 y 2017 se suscribieron los acuerdos con Uruguay y Argentina y, en 2018, el Acuerdo de Libre Comercio con Brasil.
Entre los aspectos que se consagran en este nuevo protocolo están: la regulación del otorgamiento recíproco de preferencias arancelarias y la aplicación del régimen de origen; normas sobre facilitación de comercio entre Chile-Brasil, orientadas a establecer disciplinas para hacer más expeditas y eficientes las operaciones de importación y exportación entre las partes.
Además, se establece un marco de buenas prácticas regulatorias, con el objeto de promover un entorno regulatorio abierto, justo y predecible, para las empresas de Chile y Brasil, al fomentar la transparencia, la predictibilidad y la coordinación de cada gobierno para lograr un enfoque regulador coherente.
Se asegura la no discriminación a inversionistas e inversiones de ambos países en materia de servicios financieros, garantizándoles un trato igualitario al de las inversiones e inversionistas nacionales.
Se establecen, además, normas en materias de comercio y medio ambiente, contexto en el cual ambas naciones desean promover altos niveles de protección ambiental; hacer cumplir su legislación ambiental y no derogar u ofrecer derogar la normativa ambiental con el fin de promover el comercio o la inversión entre ambos países.
PURANOTICIA