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A sus 96 años, murió producto de un cáncer de páncreas.
En la mañana de este lunes 14 de marzo, Julita Astaburuaga falleció tras complicársele el cáncer de páncreas que padecía hace dos años.
Sin embargo, la elegante socialité aprovechó su vida al máximo y partió dejando una huella imborrable en todos quienes la conocieron.
Nació el 17 de abril de 1919, en el seno de una familia tradicional y conservadora. Hija de Jorge Astaburuaga Lyon y Helena Larraín Velasco, tuvo dos hermanos: Carlos y Jorge, siendo ella la segunda.
Por otro lado, su abuelo fue Ministro de Guerra y Marina en el gobierno del presidente Emiliano Figueroa, por lo cual desde niña estuvo vinculada con el mundo político y social.
Sus años de niñez los vivió en una casona ubicada en Avenida Pedro de Valdivia, en Providencia, la cual quedaba a un costado de la actual Municipalidad de esa comuna. El inmueble tenía piscina, salones de baile y trabajaban allí decenas de empleados.
Siempre estuvo rodeada de lujos y, de hecho, los cumpleaños se los celebraban como a una princesa. Asimismo, siendo pequeña tuvo la oportunidad de viajar varias veces a Europa, en donde aprendió idiomas y se nutrió de otras culturas.
Sin embargo, su primer gran remezón ocurrió en 1922, luego de que su abuelo se quitara la vida. Por esta razón, se vendió la lujosa propiedad en la que habitaban y, de un momento a otro, su familia pasó de la riqueza a la pobreza.
Además, por esos días eran constantes las peleas entre los padres de Julita, quienes, finalmente, optaron por separarse y tomar caminos diferentes. Y así, mientras que su padre se fue a Argentina, su madre se quedó con los hijos viviendo en Chile.
Helena Larraín comenzó a vender sus joyas y, con ese dinero, pudo comprar una casa en la calle Rosal. Todo esto, durante la adolescencia y juventud de la futura socialité.
Cuando tenía 17 años, Astaburuaga se presentó al concurso de belleza Miss Chile. No ganó, pero sí fue elegida segunda finalista en el año 1939.
Respecto a su vida sentimental, Julita se casó a los 27 años con Fernando Maquieira, hijo de diplomáticos chilenos que había nacido en Argentina.
Después de un breve noviazgo, contrajeron matrimonio en una elegante ceremonia en la iglesia El Golf, dos días antes de partir a Nueva York. Allí, él fue a desempeñarse como secretario de la embajada de Chile ante las Naciones Unidas, trasladándose posteriormente a distintos países.
De esta unión nacieron dos hijos: Diego y Cristián, quienes más tarde se convirtieron en escritor y diplomático, respectivamente. Sin embargo, Julita y Fernando decidieron separarse después de 25 años de casados. Astaburuaga regresó a Chile en los años '70 desde Nueva York.
En los '80, en tanto, comenzó a desarrollar su faceta social, luego de que Mary Rose MaGill, una de sus grandes amigas, la invitara a participar como directora de la Corporación Amigos del Teatro Municipal. La iniciativa consistía en juntar dinero para ayudar así a jóvenes artistas a desarrollar sus talentos.
Y entre medio de todo esto, la socialité, amante de la champaña, comenzó a organizar grandes bailes y fiestas para la clase alta. Según ella, a las señoras de la época las educaban para colaborar en obras de beneficencia y causas sociales. Sin embargo, no estaba mal darle un toque de glamour con estas celebraciones.
En 1996 publicó un libro titulado "Así lo hago yo", que incluyó crónicas desconocidas de su vida, así como también consejos sobre gastronomía y modales, entre otros tópicos.
Por estos días, Julita vivía en un departamento en el centro de Santiago junto a su nana, Ivonne. Se levantaba temprano y asistía a Misa casi todos los días. Además, no le faltaban los almuerzos, cócteles o comidas a los que asistir y, hasta hace poco, trabajaba una vez por semana en una tienda de ropa usada, con el fin de ayudar a mujeres de escasos recursos.
En Chile se consolidó como una socialité por excelencia. No obstante, sus virtudes estaban más cercanas a la bondad que había en su persona, que a la frialdad propia del mundo de los eventos sociales. Así lo han afirmado sus amigos y familiares, quienes destacan en ella cualidades como la generosidad, la alegría, el positivismo y lo desprejuiciada que siempre fue.
A sus 96 años, falleció este lunes 14 de marzo, tras perder la batalla contra el cáncer de páncreas que padecía.
Mary Rose McGill: "Era una mujer fuera de serie"
Siendo una de las mejores amigas de Julita Astaburuaga y otro ícono de la alta sociedad chilena, Mary Rose McGill comentó esta mañana lo difícil que ha sido enfrentar su partida.
"Imagínate. Estoy totalmente destrozada. No estaba bien últimamente", reveló McGill en contacto telefónico con el matinal de Mega, "Mucho Gusto".
"En realidad, todo Chile va a estar triste, porque si había alguien que era querido en el país entero, era la Julita. No cabe ninguna duda. Llena de condiciones. Un ser humano fuera de serie. Era una persona inmensamente religiosa. Pero tenía además, paralelamente, y eso la gente no lo conocía, tenía un glamour, una elegancia, una simpatía. Era una mujer fuera de serie. Irrepetible. Me va a ser muy difícil olvidarla. Yo creo que es irrepetible. Te estoy hablando con la verdad", detalló Marie Rose en una emotiva conversación con Luis Jara.
Por otro lado, si bien ella compartió los últimos días junto a Julita Astaburuaga, prefirió no comentar al aire ningún detalle al respecto.
PURANOTICIA