
En el caso de los trabajos sedentarios o de oficina, expertos aconsejan no comer en exceso.
Para todos aquellos que trabajan las exigencias no son iguales, y comer en el trabajo no sólo se trata de cumplir una necesidad básica, sino de adecuar la alimentación a las necesidades de la persona, considerando su tipo de trabajo.
De acuerdo a Macarena Hurtado, nutricionista y gerente del departamento de planificación de Aliservice, "cuando se desarrollan labores que impliquen gran esfuerzo físico, la dieta alimenticia varía, ya que debe incluir alimentos fuentes de energía, y los alimentos más recomendados son la quinoa, garbanzo, arroz integral, almendras, maní, palta, aceitunas, aceite de oliva, frutas deshidratadas y fruta fresca".
Cuando hablamos de trabajo que implica el desempeño de labores en condiciones adversas o sitios remotos como lo son la minería, por ejemplo, el dormir ocho horas diarias es muy importante y una buena alimentación es de gran ayuda para tener un sueño reparador.
Para la profesional, es muy importante en esos casos el consumo de pescados y mariscos tres o cuatro en la semana; en el caso de los carbohidratos, cuatro veces al día, carnes blancas dos veces por semana y legumbres tres veces por semana en raciones moderadas".
Cuando se trata de la realización de trabajos que impliquen principalmente desgaste físico, la dieta alimenticia debe contener las calorías suficientes que compensen el gasto energético e incluyendo el consumo de agua, hidratos de carbono y proteínas.
En el caso de los trabajos sedentarios o de oficina, expertos aconsejan no comer en exceso.
Hurtado asegura que en esos casos es preferible "privilegiar comidas como ensaladas, verduras y abundante líquido, pero evitar el excesivo consumo de bebidas azucaradas y café".
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