Mauricio Valero, socio de Natalia Compagnon en la firma, suscribió un segundo contrato con el empresario y comprador de los terrenos en Machalí, Hugo Silva, con el fin de revender los predios a un mayor precio, lo que le dejaría ganancias de al menos 1.400 millones de pesos.
Los diputados de Renovación Nacional, Nicolás Monckeberg y José Manuel Edwards se refirieron a la nueva arista del caso Caval que reveló la revista Qué Pasa, donde se publicó un segundo contrato que suscribió Mauricio Valero, socio de Natalia Compagnon en la firma, con el empresario y comprador de los terrenos en Machalí, Hugo Silva, con el fin de revender los predios a un mayor precio, lo que le dejaría ganancias de al menos 1.400 millones de pesos.
En ese sentido, Monckeberg indicó que "lamentablemente recién estamos conociendo la punta del iceberg, este es un negocio oscuro y no hemos conocido todos los contratos y todo lo que pactaron a puertas cerradas Caval con los dueños del terreno".
Por su parte, Edwards manifestó que "este nuevo antecedente refuerza la tesis de que acá tiene que haber habido un delito, o es muy probable que haya habido un delito. Si es que la información que se le entregó al señor Silva de que se iba a cambiar el plano regulador era falsa, se refuerza la tesis de estafa. Y si es que era verdadera, la pregunta es cómo podían saber ellos, de dónde sacaron la información; uso de información privilegiada; o qué gestiones pueden haber realizado, tráfico de influencias".
"Le quiero pedir la presidenta de la República que le exija a su hijo que nos entregue toda la información de este caso. De lo contrario la vamos a ir conociendo por goteo y más va a dañar su imagen", añadió el parlamentario.
Monckeberg aprovechó la instancia para señalar que "hemos perdido la capacidad de asombro con el caso Caval-Dávalos. Francamente este es el negocio más oscuro que se ha podido conocer en el entorno de una alta autoridad de la familia presidencial y cuando estamos frente a un caso grave como este, queremos que el gobierno sea activo en la investigación. No basta que el gobierno siga hablando de transparencia ni siga proponiendo medidas, sino que lo primero que el país le pide es que se aclare este caso".
"Esto demuestra con claridad que Caval, al comprar el terreno, estaba comprometido con el cambio del uso de suelo. O estafó a los compradores garantizándoles el cambio de uso de suelo o sencillamente se comprometió a cambiarlo de venderlo, lo cual es tráfico de influencias. Alguno de los dos delitos parece evidente que existieron", sentenció.
Pn/gm
Agencia Trayectos.