La gran pregunta que se hacen por estos días en Reino Unido es si el el gobierno de Boris Johnson subestimó los riesgos del nuevo coronavirus.
¿Subestimó el gobierno de Boris Johnson los riesgos del nuevo coronavirus, dificultando la respuesta de Reino Unido a la pandemia?
Eso es lo que el pasado fin de semana aseguraba un artículo publicado en el prestigioso diario The Sunday Times, en el que se criticaba duramente el manejo de la crisis del coronavirus por parte de Johnson y su gabinete.
Según el mismo artículo, el líder conservador -que actualmente está recuperándose del Covid-19 tras pasar unos días en terapia intensiva- no asistió a cinco reuniones de emergencia Cobra sobre el virus y habría ignorado llamados para preparar al Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés) para la crisis que se avecinaba.
Las reuniones Cobra -acrónimo de Cabinet Office Briefing Room A- suelen ser presididas por el primer ministro de Reino Unido, con la presencia de miembros del gabinete ejecutivo, generales y jefes de inteligencia, y se celebran en momentos de crisis, tales como ataques o amenazas terroristas y desastres naturales.
Johnson no asistió a la primera ni a ninguna de las cuatro siguientes organizadas en el mes de febrero para tratar la crisis del coronavirus, una información que no fue desmentida por su jefe de gabinete, Michael Gove, quién sí dijo que afirmar que el mandatario no se tomó la pandemia en serio era "grotesco".
Pese a ello, en el artículo de The Sunday Times se asegura que Reino Unido habría "caminado dormido hacia el desastre" durante 38 días.
En el artículo también se señala que, en vez de aumentar los suministros de emergencia de mascarillas y batas protectoras, en febrero Reino Unido mandó a a China 279.000 artículos de protección sanitaria.
Como respuesta al controvertido reportaje, el Ministerio de Salud británico publicó un extenso texto en su página web donde califica la mayoría de las afirmaciones que hace el periódico de "simplemente falsas" y "ridículas".
Actualmente, la nación europea es una de las más golpeadas en todo el mundo por el coronavirus, con más de 124.000 casos confirmados y más de 17.000 víctimas mortales.
El jefe de gabinete, Michael Gove, admitió en una entrevista en el programa de la BBC, «The Andrew Marr Show» el pasado domingo, que Johnson faltó a las cinco reuniones de emergencia y que su gobierno donó equipos de protección a China, ante la necesidad del brote "más extremo en Wuhan".
Pero aseguró que faltar a reuniones Cobra es normal para un primer ministro.
"La mayoría de las reuniones Cobra no cuentan con la presencia del primer ministro", explicó, detallando que este tipo de encuentros son dirigidos por el ministro encargado del área correspondiente.
"Quien sea que presida estas reuniones reporta al primer ministro. El primer ministro es consciente de todas las decisiones y toma algunas de esas decisiones. Puedes tomar un solo hecho, sacarlo fuera de contexto, agitarlo para crear una narrativa de j'accuse (Yo acuso). Pero eso no es informar (de manera) justa", dijo.
Previamente, Gove había dicho que el reportaje de The Sunday Times tenía numerosas imprecisiones que "serían corregidas" y que acusar Johnson de no tomarse en serio la pandemia era "grotesco".
El 24 de enero, el gobierno británico mantuvo su primera reunión Cobra para hablar del nuevo virus que ya se había propagado a al menos 6 países, y que comenzaba a encender las alarmas en Europa y en todo el mundo.
Una vez finalizada, el ministro de Salud, Matt Hancock -que daría positivo por covid-19 un par de meses más tarde- le dijo a un grupo de reporteros reunidos en los alrededores de Downing Street, la residencia oficial del primer ministro, que la amenaza del virus era baja para el pueblo británico.
Este anuncio se hizo el mismo día que salió a la luz un estudio hecho por doctores chinos y publicado en el semanario The Lancet, que advertía sobre el potencial letal del virus y que lo comparaba con la gripe española, que mató a al menos 50 millones de personas entre 1918 y 1919.
Jonathan Leake, periodista de The Sunday Times y uno de los autores del artículo, le dijo a la BBC que uno de los supuestos errores del gobierno fue no escuchar a la comunidad científica con más atención y antelación.
"El 26 y 27 de enero fue un tiempo donde el gobierno estaba increíblemente distraído por la salida de (Reino Unido) de la Unión Europea (...) el gobierno debió haberle prestado más atención a lo que estaba surgiendo", señaló.
"Debió haber escuchado no solo a sus propios científicos, sino también periódicos y publicaciones en todo el mundo que estaban señalando lo que estaba pasando en China".
No obstante, un portavoz del gobierno aseguró, en una respuesta publicada en la página del Ministerio de Salud, que el reportaje publicado por The Sunday Times contiene "una serie de falsedades y errores", y además "tergiversa la enorme cantidad de trabajo que el gobierno realizó en las primeras etapas del brote de coronavirus".
"Esta es una pandemia mundial sin precedentes y hemos tomado las medidas correctas en el momento adecuado para combatirla, guiados en todo momento por el mejor asesoramiento científico".
Por su parte, el líder de la oposición laborista, Keir Starmer, instó al gobierno británico a reconocer sus fallas.
"Todos tenemos que aceptar que se han cometido errores (...) el gobierno fue demasiado lento para introducir el confinamiento", escribió Starmer en un artículo publicado en el Mai on Sundayl.
De igual forma, criticó la "lentitud" del gobierno al aumentar el número de suministros y de pruebas realizadas.
"Necesitamos asegurarnos de que estos errores no se repitan".
Durante un tiempo, la estrategia del gobierno británico contra la pandemia de coronavirus se basaba en la mitigación y la "inmunización del rebaño", según dijeron asesores de Downing Street.
Esta se da cuando un gran número de personas están protegidas frente a un determinado virus ya sea a través de la vacunación o porque la infección ya ha llegado a tanta gente que el virus ya no encuentra personas a las que infectar.
Pero gran parte de comunidad científica británica no apoyaba esta estrategia.
Un grupo de 229 científicos aseguró en su momento que la postura del líder conservador representaría una presión adicional para el servicio de salud británico y ponía en peligro "más vidas de lo necesario".
"Muchas más familias van a perder a sus seres queridos antes de tiempo", dijo Johnson el 12 de marzo, precisando que el objetivo de su gobierno era controlar el avance del virus, pero sin frenarlo por completo.
El primer ministro defendía que si lograban retrasar el pico de la pandemia, el NHS podría hacer frente al virus con más eficacia a medida que mejorara el clima: en verano habrían menos personas en los hospitales sufriendo de enfermedades respiratorias comunes y más camas disponibles.
Sin embargo, un modelo matemático del Imperial College de Londres advirtió que más de un cuarto de millón de personas podían morir a causa del coronavirus si el gobierno no cambiaba su estrategia.
A partir de ese momento, Johnson comenzó a hablar de "supresión" en vez de mitigación.
El mandatario británico asistió a su primera reunión Cobra sobre el coronavirus el 2 de marzo, cuando Reino Unido registraba ya decenas de casos confirmados y el virus parecía estar propagándose a lo largo y ancho del país.
"Creo que, desde los primeros días de febrero, si no a finales de enero, era obvio que esta infección iba a ser muy grave e iba a afectar más que solo a Asia", dijo recientemente a la BBC Jeremy Farrar, asesor del gobierno británico, especialista en enfermedades infecciosas.
"Creo que estaba muy claro que este iba a ser un evento sin precedentes".
El 21 de febrero, cuando el virus ya había cobrado miles de víctimas mortales en China y comenzaba a propagarse a gran velocidad en Italia, el gobierno británico decidió mantener el nivel de amenaza como "moderado".
En ese entonces, Johnson probablemente no se imaginaba que él mismo se convertiría en uno de los millones de contagiados por el Covid-19 y que incluso pasaría días en terapia intensiva.
En su primera reunión Cobra, Johnson estableció un "plan de batalla" para contener el avance del virus, que incluía aumentar el número hospitales temporales de atención crítica.
Su gobierno decidió finalmente cerrar los negocios del país y confinar a su población el 23 de marzo, varios días y semanas después que Francia, España e Italia, entre otras naciones europeas.
PURANOTICIA // BBC MUNDO