El Consejo de Ministros aprobó por unanimidad las reformas propuestas por el primer ministro iraquí, Haidar al Abadi.
El Gobierno de Irak ha aprobado hoy una batería de reformas políticas para luchar contra la corrupción, el sectarismo y los privilegios políticos, ante el aumento del descontento popular y las presiones internas, mientras el país sigue enfrentándose al grupo terrorista Estado Islámico (EI).
El Consejo de Ministros aprobó por unanimidad las reformas propuestas por el primer ministro iraquí, Haidar al Abadi, en una reunión extraordinaria celebrada tras las manifestaciones y las críticas al ejecutivo, provenientes incluso de la máxima autoridad religiosa del país.
El ayatolá Ali al Sistani, a través de su representante, el jeque chií Ahmad al Safi, instó al gobierno a tomar "medidas importantes, determinantes, en el campo de la lucha de la corrupción y para hacer realidad la justicia social".
En el sermón del pasado viernes, Al Safi urgió a Al Abadi para que "golpee con mano de hierro a quien que malverse el dinero del pueblo" y para que suprima "los privilegios concedidos a los antiguos y actuales responsables del estado".
El paquete de medidas presentado hoy por Al Abadi incluye, entre otras medidas, el recorte de privilegios especiales a los máximos responsables gubernamentales y la supresión de los puestos de viceprimer ministro y vicepresidente, además de reformas económicas y en el sector de los servicios, muy afectados por la crisis.
Está previsto que el Parlamento apruebe el próximo martes ese paquete, tal y como manifestó hoy su presidente, Salim al Yaburi, quien destacó la disposición de la Asamblea de "apoyar todas las reformas tomadas por el Ejecutivo dentro del marco constitucional".
También se han mostrado favorables la gran mayoría de las fuerzas políticas iraquíes, incluido el ex jefe del Gobierno, Nuri Al Maliki, que perdería su cargo de vicepresidente y sus privilegios.
Eso podría apartar definitivamente de la vida política del país a Al Maliki, el cual se vio forzado a dimitir el pasado verano, acusado de corrupción y sectarismo, y de haber permitido que el EI conquistara varias ciudades destacadas y amplias zonas de Irak.
Un experto legal consultado por Efe, Tareq Harb, dijo que son suficientes un vicepresidente y un viceprimer ministro, y que el resto no son necesarios.
El destacado bloque político chií Corriente Sadr dio la bienvenida a las reformas, a pesar de que estas supriman el cargo de viceprimer ministro, ocupado por Bahae al Arayi, contra el cual la fiscalía iraquí inició hoy una investigación por corrupción.
Asimismo, la coalición "Al Muaten", encabezada por el clérigo chií Ammar al Hakim, pidió a sus ministros que apoyen el proceso de reformas.
Las principales fuerzas políticas chiíes han aceptado los cambios, que no podían rechazar porque fueron dictadas por su máxima autoridad religiosa.
El analista político Sabah Al Sheij explicó a Efe que las reformas gozan también del respaldo popular y tendrán un impacto positivo en la vida de los iraquíes, que recientemente han estado protestando por la corrupción rampante, el deterioro de los servicios, especialmente la electricidad y el agua, así como contra la situación de inseguridad.
Por su parte, los suníes también se mostraron favorables y el vicepresidente iraquí y líder del grupo "Mutahidun" (Unidos), Osama al Nuyaifi, solicitó a los diputados y a los ministros de su coalición apoyar a Al Abadi.
Según el analista consultado por Efe, las reformas "beneficiarán la paz social porque anulan la cuota sectaria y de filiación política, y los cargos serán asignados a partir de ahora en base al profesionalismo, eficiencia y honestidad".
Asimismo, el Gobierno podrá destinar más recursos a los servicios, porque dispondrá más dinero que antes destinaba a los sueldos de altos cargos y otros funcionarios que serán destituidos.
Al mismo tiempo, podrá reforzar la seguridad porque alrededor de 20.000 uniformados que se encargan de la protección de los altos cargos serán reubicados en los órganos de seguridad y podrán incorporarse a la lucha contra el EI, según Al Sheij.
Uno de los principales retos de las autoridades iraquíes es la guerra contra los yihadistas, que siguen controlando amplias regiones del país, incluidas ciudades importantes, desde que en junio de 2014 proclamaran un califato en los territorios bajo su control en Irak y en Siria.
Pn/fg
EFE.