La policía de Río de Janeiro informó hoy que cesó a ocho agentes que la semana pasada participaron en un operativo en el conjunto de favelas Complejo del Alemán, que tuvo como consecuencia la muerte de un niño de 10 años que jugaba en la puerta de su casa por un disparo de fusil en la cabeza.
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Según la policía militarizada, los efectivos fueron separados temporalmente de sus cargos para que las investigaciones sobre el caso, que conmocionó a Brasil, no se vean afectadas.
Dos de los ocho agentes implicados admitieron que efectuaron disparos en las proximidades de la casa en la que vivía el niño, quien fue alcanzado por el disparo cuando jugaba con un celular sentado en la entrada de su vivienda.
Los agentes afirman que en momentos en que ocurrió el accidente había un tiroteo con traficantes de drogas de la región. Sin embargo, la familia del niño y los vecinos creen que esto no es verdad. Además, varios testigos dicen que tras el hecho, los agentes recogieron cápsulas de bala del lugar.
La madre del niño, una empleada doméstica nacida en el norteño estado de Piauí, dijo que ella estaba dentro de su casa, a pocos metros de donde estaba su hijo, y que sólo escuchó el disparo que lo mató.
La mujer sostiene que llegó a correr detrás del autor del disparo y que lo increpó por lo sucedido, a lo que éste le respondió que si no se alejaba la mataría a ella también.
Las investigaciones se concentran ahora en interrogar a los testigos y se aguarda el regreso a Río de la familia del niño, que viajó a su estado natal para enterrarlo, para realizar la reconstrucción del episodio. La madre del niño afirma que registró el rostro del policía, por lo que se presume que podrá identificarlo.
La muerte del niño fue la tercera ocurrida en esa comunidad en una semana. Otra de las víctimas, una mujer de 40 años, también murió víctima de una bala perdida estando dentro de su casa.
El Complejo del Alemán fue ocupado en 2010 por la policía militarizada, y recibió además una Unidad de Policía Pacificadora (UPP). No obstante, bandas de narcotraficantes que actúan desde hace décadas en la región se resisten a abandonar el lugar.
En los últimos tres meses, los tiroteos entre grupos rivales se intensificaron, por lo que la Coordinadora de la Policía Pacificada (CPP) reforzó la semana pasada el patrullaje en el barrio con agentes del Comando de Operaciones Especiales, (COE), del Batallón de Operaciones Especiales (Bope), del Batallón de Policía de Choque (BPChq) y del Batallón de Acciones con Perros (BAC, por sus siglas en portugués). Las muertes por "balas perdidas" ocurrieron en el marco del refuerzo de patrullaje.
La acción de los batallones especiales permitió el decomiso de un fusil calibre 7.62, 38 municiones del mismo calibre, 48 municiones calibre nueve milímetros, 149 piedras de crack, cerca de medio quilo de pasta base de cocaína, cerca de 250 gramos de cocaína, entre otros materiales vinculados a la venta de estupefacientes.
pn/kf
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