Yassin S no se ha definido como terrorista y aseguró que el motivo del ataque fue una disputa con su jefe.
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El presunto islamista que atacó una fábrica de gases industriales cerca de Lyon el viernes confesó hoy haber matado a su jefe, señalaron medios franceses citando fuentes de la investigación, que destacan asimismo que se hizo un selfie con la cabeza seccionada de la víctima que envió a Siria.
Los investigadores hallaron la imagen en su teléfono móvil. Según la información, el joven identificado como Yassin S, de 35 años, envió después la fotografía por la aplicación de mensajes WhatsApp a Canadá. Al parecer, este número tenía como fin únicamente retransmitir la imagen.
El detenido, según se ha señalado, intentó el viernes estampar su coche contra contenedores de gas de la empresa Air Products en Saint-Quentin-Fallavier y decapitó a su jefe de 53 años. Por el momento se desconoce si la cabeza fue seccionada del cuerpo antes o después de la muerte de la víctima. En una primera autopsia se detectaron señales de estrangulamiento, se indicó.
La cabeza fue hallada después en una verja que rodea el complejo de la fábrica, donde se hallaron también banderas islamistas, una negra y otra blanca.
Un bombero fue el que redujo a la fuerza a Yassin S. el viernes en la fábrica.
Sin embargo, algunas versiones cuestionan la vinculación islamista del atacante. El mismo Yassin S no se ha definido como terrorista y aseguró que el motivo del ataque fue una disputa con su jefe, asegura la emisora de televisión francesa I-Télé, citando fuentes de la investigación. La información no ha sido confirmada.
Sin embargo, el diario "Le Figaro" señalaba hoy que el hombre se radicalizó a partir del año 2000 al contactar con un salafista en Pontarlier, donde vivía entonces. Ese hombre, identificado como Frédéric Jean Salvi, es sospechoso de planear con activistas de la red terrorista Al Qaeda atentados en Indonesia hace cinco años.
El contacto llamó la atención de los servicios de seguridad franceses, por lo que pusieron a Yassin S. bajo vigilancia entre 2006 y 2008. Sin embargo, esa vigilancia no continuó después.
Yassin S, padre de tres hijos, fue interrogado durante la jornada de hoy en la sección de antiterrorismo de la central de la policía en París. Su esposa y su hermana han sido puestas en libertad tras ser interrogadas.
Las autoridades siguen sin pronunciarse sobre posibles cómplices o colaboradores del ataque. Al parecer, el atacante calló sobre esa cuestión.
El presidente francés, François Hollande, ordenó el viernes poner en máximo nivel de alerta 158 complejos industriales de la región Rhône-Alpes que se rigen por una normativa especial (Seveso) debido al manejo de materiales peligrosos. La medida rige durante tres días.
Además las autoridades anunciaron un aumento de las fuerzas de seguridad: en la policía y la gendarmería se crearán 500 nuevos puestos de trabajo al año y en los servicios secretos se crearán 1.500 nuevos empleos.
Sin embargo, la oposición conservadora y la derecha radical del país consideran las medidas tomadas insuficientes. Mientras el líder de Los republicanos, el ex presidente Nicolas Sarkozy, exigió medidas de seguridad más duras, la líder del xenófobo Frente Nacional (FN), Marine Le Pen, exigió una fuerte vigilancia de las mezquitas dominadas por los salafistas en Francia. Además pidió que los islamistas extranjeros sospechosos sean expulsados del país y que se retire la nacionalidad gala a los islamistas franceses condenados.
Pn/fg
DPA.
