Al menos siete personas que participaban hoy en una multitudinaria protesta contra la revista francesa “Charlie Hebdo” en Kabul resultaron heridas durante choques con la Policía, que impidió que los manifestantes penetraran en edificios oficiales.
La marcha contra la revista satírica francesa comenzó a primera hora de la mañana en el área de Hotkhil, situada en el este de la capital afgana, y transcurría de manera pacífica hasta que algunos participantes -en su mayoría jóvenes y ancianos- intentaron acceder a edificios gubernamentales.
"Cuando fueron bloqueados por la Policía, los manifestantes comenzaron a arrojar piedras a los agentes, incluso algunos dispararon a los policías con sus armas ilegales", explicó a Efe el jefe de la Policía de Kabul, Abdul Raman Rahimi.
El jefe de la Policía aclaró que los siete manifestantes no resultaron heridos por los choques con las fuerzas de seguridad, sino por los disparos de sus propios compañeros, y que las víctimas fueron trasladadas a un hospital cercano.
Sin embargo, uno de los manifestantes, Yusuf Khan, aseguró a Efe que ellos marchaban de manera pacífica para protestar contra las caricaturas del profeta Mahoma publicadas en "Charlie Hebdo", hasta que la Policía abrió fuego contra ellos, hiriendo a varios.
Otro de los participantes en la protesta, que prefirió mantener el anonimato, reveló que además de los heridos, tres manifestantes murieron por disparos de las fuerzas de seguridad, aunque dijo no saber dónde habían sido trasladados los cadáveres.
La Policía no confirmó ese extremo y señaló que la manifestación era ilegal al no haber sido aprobada por las autoridades locales.
En Afganistán no solo la población civil ha mostrado su oposición a la revista satírica "Charlie Hebdo", sino también el presidente del país, Ashraf Gani, y algunos miembros del Parlamento.
En un comunicado difundido hace dos semanas por el Palacio Presidencial, el presidente afgano destacó que la libertad de expresión debe utilizarse para estrechar lazos entre las diferentes religiones y no para buscar la confrontación.
Es por ello que Gani también condenó en su momento el ataque de dos terroristas contra la sede parisina del semanario, en el que murieron doce personas.
Sus críticas se unían al rechazo mostrado por la Asamblea Nacional de Afganistán, que en una resolución pidió al mundo occidental que evite cualquier tipo de "blasfemia" al amparo de la libertad de expresión.
Los talibanes afganos también condenaron su publicación, por considerarlo un acto "repugnante e inhumano" que acerca al mundo "al fuego del odio y la guerra", mientras que calificó a los autores de "enemigos de la humanidad". EFE
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