El autor de «Un viejo que leía novelas de amor» estuvo más de siete semanas internado en el Hospital Central Universitario de Asturias, en Oviedo, España.
Medios europeos confirmaron el fallecimiento del escritor chileno, Luis Sepúlveda Calfucura, miembro de la edición chilena del diario francés Le Monde Diplomatique y de la editorial «Aún creemos en los sueños», donde publicó nueve libros, con un centenar de sus crónicas.
El escritor falleció a los 70 años en Oviedo, España, después de más de siete semanas internado en el Hospital Central Universitario de Asturias, luego de contraer el coronavirus Covid-19.
Sepúlveda publicó más de 30 libros, traducidos a numerosos idiomas, entre ellos «Un viejo que leía novelas de amor», «Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar», «La sombra de lo que fuimos», «Patagonia Express, mundo del fin del mundo» y «Nombre de torero».
Afirmaba que sus años más felices fueron los de la Unidad Popular. En 1971 se casó con Carmen Yáñez, a quien había conocido cuatro años antes, pero el matrimonio se deshizo pronto. Se reencontraron 20 años después en Alemania y volvieron a formar pareja.
Después del golpe militar, Sepúlveda estuvo detenido en el Regimiento Tucapel de Temuco. En 1977 abandonó Chile, estuvo en Buenos Aires, luego pasó a Montevideo y después a Brasil.
Más tarde cruzó a Paraguay, Bolivia, Perú y Ecuador, donde trabajó un tiempo y conoció a los indios shuar. En ese país ingresó en la Brigada Internacional Simón Bolívar, con la que partió a Nicaragua a principios de 1979 para participar en la Revolución Sandinista.
Poco después del triunfo de la revolución, se fue a Alemania y se instaló en Hamburgo. Allí vivió 14 años, se casó con Margarita Seven, con quien tuvo tres hijos, se incorporó al movimiento ecologista, y, como corresponsal de Greenpeace, atravesó los mares del mundo entre 1983 y 1988.
El 29 de febrero de 2020 fue declarado como primer paciente de coronavirus Covid-19 en Asturias, tras regresar de una visita al festival literario Correntes d'Escritas en Póvoa de Varzim, Portugal, y el segundo chileno contagiado con esta enfermedad, siendo internado en el Hospital Universitario Central de Asturias, donde permanecía en coma y con respiración asistida.
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