La actriz nacional además realizó una dura crítica de la forma de tratar a las artes en nuestro país.
La actriz nacional Patricia Rivadeneira brilla por estos días siendo parte del elenco de "Demente", teleserie nocturna de Mega en la que interpreta a "Flavia", quien mantiene un romance con la detective Javiera, interpretada por Ingrid Cruz.
Ahora, la intérprete fue la última invitada en el podcast "Reyes del Drama", el que es transmitido a través de YouTube, donde contó detalles de su actual rol en pantalla, además de sus primeros personajes en la televisión, como su recordada interpretación en "Sucupira", la que sigue siendo recordada por los chilenos hasta el día de hoy.
"Yo no entiendo el fenómeno. Debería ser estudiado por algún sociólogo o antropólogo. Es sorprendente", comenzó relatando, para luego agregar: "En "Sucupira" estaba todo permitido. Regina era una loca y podía hacer muchas cosas que estaban en el borde".
"Estas producciones apelaban a hablar de personajes que estaban desapareciendo en la sociedad. La caleta de pescadores artesanales, el pequeño pueblo, el chico del burro, las solteronas. Había una ficción ligada al realismo mágico que fue quedando atrás", indicó Rivadeneira.
La actriz de 57 años participó en más de una veintena de producciones nacionales, como "Aquelarre" y "Trampas y Caretas", asegurando que en esta última "era un personaje delicioso. A mi me interesaba mucho hacer papeles no protagónicos porque los protagonistas en esos años era siempre la buena, historia con menos borde. Siempre busqué por los lados".
Eso sí, Patricia aseguro que en la época nunca se sintió identificada con la actuación en televisión. "Era una outsider respecto de la dictadura y del mundo más convencional del teatro tradicional", señaló.
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"Yo hacía experimentación, performance en espacios no convencionales. Era un bicho raro en el mundo de los actores que venían de la U. de Chile o la Católica (...) Lo más freak que hay para el mundo de las teleseries. Había mucho menos diversidad de colores en la sociedad chilena. No sólo había una dictadura, sino que un país muy aislado y lejano", agregó posteriormente.
"Uno esperaría que el mundo de la política hubiera entendido la importancia de los artistas en la sociedad (...) La clase dirigente en Chile está en deuda en su oficio respecto al arte, esa es la gran diferencia con los países desarrollados", concluyó para finalizar.
PURANOTICIA