
La bailarina cuenta con el apoyo de su familia y de la de Mark González, para cuidar su hogar, mientras se encuentra fuera del país.
Un nuevo desafío futbolístico comenzó hace unos meses para el futbolista Mark González en el club brasileño Sport Recife. El cambio no sólo lo ha afectado a él, sino que también a su familia y particularmente, a su esposa, Maura Rivera, quien se encargó de dejar todo en orden en Chile, antes de viajar a tierras cariocas.
La casa que ambos tienen en Santiago ha sido, de hecho, una de las principales preocupaciones de la bailarina, quien dejó su cuidado, en manos, de aquellas personas en la que más confía.
Según contó en una entrevista realizada a LUN, la vivienda está a cargo de un familiar, aunque admite que: "estoy siempre pendiente del jardinero que va cada 15 días y el señor que cuida la piscina porque hay que mantenerla en esta temporada, si no se pone fea, verde y sucia".
Respecto a sus mascotas, que son tres perros, éstos quedan con su suegra en Viña del Mar, donde ella los lleva a la peluquería y los alimenta. En tanto que los vehículos que tenía la pareja, fue uno vendido, otro arrendado; y dos encargados a parientes: el Maserati y el Hummer de Mark.
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