La ex bailarina de axé y actual influencer de fitness y vida saludable, nos habla de la experiencia de la cuarentena, de su apacible vida en pareja y de esta nueva pasión que la lleva a una práctica constante en distintos cerros de Santiago.
Lejos de lo que han vivido otras parejas, Francini Amaral (37) resume como positivo el encierro obligatorio para su vida en pareja. La ex bailarina de axé tiene una relación hace cinco años con una persona alejada de la exposición pública, lo que permite que "todo sea más tranquilo", indica.
Respecto al encierro obligado, dice que para ella –salvo por un episodio médico de vértigo que debió enfrentar en medio del encierro– se resume como "positivo", ya que, pese a que la situación económica tuvo cambios por la falta de eventos, su actividad con marcas en redes sociales se ha mantenido muy activa.
En lo personal, tuvo la oportunidad de compartir más en pareja y de adaptarse juntos a otras facetas de la vida que antes eran ajenas por las rutinas de trabajo. "Siento que la cuarentena fue una súper oportunidad para que uno volviera de nuevo a sus raíces, a lo más básico, a la familia, al tema unión... Por el trabajo, a veces, uno va perdiendo mucho y va teniendo prioridades que, la verdad no son tan prioridades".
Después de esa reflexión, ¿cómo te ves ahora? ¿Cómo te proyectas: casada, con hijos?
-Yo siento que ahora estoy como en un stand by. Mucha gente me ha preguntado eso... Siento que durante toda mi vida yo siempre he hecho las cosas para sentirme una persona realizada en todos los sentidos. Entonces las cosas tienen su tiempo también y voy quemando etapas que son distintas para otras personas. Por ejemplo, conozco personas que tuvieron hijos más jóvenes y dicen "ay, nunca pude hacer esto", y yo estoy haciendo esas cosas. Entonces, más que planear, estoy disfrutando... Si me preguntas como artista, te diría que estoy en un año sabático (ríe). Si me preguntas como persona, me estoy redescubriendo, determinando qué quiero hacer.
Pero, ¿te gustaría ser mamá?
-Sí. Claro que sí. Mira, el año pasado dije: "ya, el próximo año puede ser" (ríe). Voy mejorando. Hace un tiempo decía en cinco años, ahora voy en un año. Igual está claro que hay un tema biológico de por medio, y como quiero tener más de uno, así que tengo que tomar la decisión pronto o de lo contrario adopto no más, para mí no es ningún problema, porque yo soy adoptada, así que no es tema.
Me imagino que la práctica del enduro en bici viene incentivada por tu pareja, ¿cómo se dio que terminaras realizando este deporte?
-Sí claro, definitivamente él me motivó. Además, la necesidad de estar al aire libre, después del encierro, practicar un deporte outdoor y mi amor por las bicis, porque me encantan, me llevaron a esto. Además, Santiago está lleno de cerros, la precordillera está lleno de parques con senderos para bicicletas.
¿Por qué lo recomendarías?
-Por todo lo que significa. Es adrenalínico y me encanta sobre todo porque a mí me ha ayudado a superar mis miedos. Cada vez que voy a clases, voy desbloqueando miedos. Ya llevo practicando un mes y medio y siempre salgo con una sonrisa, porque logro hacer algo que antes no podía. Trabajar miedos, frustraciones, es súper positivo en todo sentido.
PURANOTICIA