A pesar de que fue estrenada el año pasado en cines, la película ha sido la más vista en Netflix durante este momento que vive el mundo.
De la lucha por sobrevivir en un terrorífico encierro trata la película española «El Hoyo» (The platform, en inglés), que llegó a la plataforma streaming Netflix a finales de marzo.
Y aunque ya se pudo ver en cines el año pasado, fue su estreno en la plataforma de streaming durante este particular momento que vive el mundo el que la catapultó a la fama: ya estuvo entre lo más visto de países como México, Estados Unidos, Colombia, Venezuela, Brasil y España, entre otros.
Y no es de extrañar. Dada la situación actual, muchos la consideran la película de moda de esta pandemia al conseguir estremecer y hacer reflexionar sobre cuál sería nuestra reacción como sociedad ante una cuarentena mucho más drástica.
Paralelismos con el coronavirus
«El Hoyo» es la historia de una tenebrosa prisión con cientos de pisos. En cada uno hay dos reclusos encerrados, que reciben la comida que les llega en una plataforma que baja desde el primer nivel hasta el último.
Es decir, los que están más abajo sobreviven gracias a lo que les sobra a los de arriba. Pero, cada mes, su suerte cambia por completo cuando los trasladan de piso aleatoriamente.
Galder Gaztelu-Urrutia, como director de la cinta, comprende los paralelismos que el público encuentra con esta pandemia y cómo sus angustias por estar encerrados se pueden acentuar al ver la película.
"Si en vez de comida, en nuestra plataforma hubiéramos puesto papel higiénico o mascarillas, estaríamos hablando de lo mismo: del egoísmo que subyace en lo más profundo de nuestros corazones", dijo a BBC Mundo.
Para el director vasco, al igual que la altura del piso en que se encuentran los personajes de «El Hoyo» marca su destino, la diferencia de clases sociales entre los afectados por el Covid-19 también es determinante.
"Todos lo estamos pasando mal con este virus, pero según cuáles sean tus recursos lo vas a pasar mejor, peor o muy mal. No es lo mismo estar recluido en un pequeño espacio que en una casa en la que te de igual salir a la calle porque tienes jardín y espacio", reflexiona.
La "solidaridad espontánea"
La película refleja desde el civismo y ganas de ayudar con las que entra a la cárcel Goreng (Iván Massagué), hasta el lado más oscuro y codicioso de Trimagasi (Zorion Eguileor), dispuesto a matar o al canibalismo si es necesario para sobrevivir a este particular encierro.
Según Gaztelu-Urrutia, todos tenemos un poco de ambos personajes y debemos decidir quién gana en nuestra propia batalla interna.
"En un primer visionado, cuando miramos a Goreng, vemos lo que queremos ser. Y, cuando miramos a Trimagasi, vemos lo que somos".
No faltan los que intentan distribuir la comida de manera equitativa como Imoguiri (Antonia San Juan), quien trata de impulsar una revolución pacífica para que también los de los pisos más bajos puedan alimentarse.
Lo hace apelando a una "solidaridad espontánea", la misma que hoy podríamos identificar en los llamados a quedarnos en casa a fin de evitar contagiar a otras personas, por mucho que nosotros estemos sanos y no pertenezcamos a grupos de riesgo.
Millones en el mundo accedieron a confinarse por el bien de la humanidad. Pero en «El Hoyo», convencer a los afortunados de los primeros pisos de que no coman hasta reventar para dejar algo al resto de presos resulta imposible.
"Imoguiri se topa con el egoísmo propio de nuestra especie (...), siendo el gran anhelo de la mayoría escalar posiciones, cueste lo que cueste. Con nuestras cartas, desde nuestro nivel, todos las sufrimos y, lamentablemente, directa o indirectamente, todos las ejercemos", dice el cineasta.
Ese reparto equitativo acaba llegando, pero solo mediante el uso de la violencia frente al resto de presos.
El director considera que la revolución de la que habla la película implica un cambio de régimen, por lo que admite que es "prácticamente imposible" hacerla de manera pacífica y que todos cedamos nuestra posición voluntariamente para conseguir una sociedad más justa.
Preguntado si, como parece, «El Hoyo» es una crítica al capitalismo y desigualdad del sistema actual, el cineasta responde: "No es una crítica social, es una autocrítica social. Yo también estoy en el hoyo y me veo identificado en muchos aspectos despreciables de la película".
PURANOTICIA // BBC MUNDO