La comunicadora conversó en el programa "De Tú a Tú" sobre tumor cerebral cancerígeno que afecto la vida de su hijo.
La noche de este jueves, Cecilia Bolocco fue la nueva invitada en "De Tú a Tú", programa de Canal 13 donde la comunicadora abrió las puertas de su hogar y conversó de diversos temas de su vida personal junto a Martín Cárcamo.
Uno de los tópicos que más conmovió en la entrevista, fue cuando la ex Miss Universo se refirió a la enfermedad y posterior operación de su hijo, Máximo Menem.
Todo comenzó cuando Bolocco envió a Máximo al doctor, ya que hace algún tiempo se venía quejando de dolores de cabeza, a lo que ella pensó que lo hacía para faltar al colegio, ya que estaba atravesando un momento complicado.
Hasta que en una ocasión el joven llegó a vomitar del dolor, lo que encendió las alarmas de Cecilia y lo envió a la clínica. Ese día la diseñadora tenía una sesión de fotos, y fue mediante una llamada telefónica que se enteró que su hijo tenía un tumor cerebral.
"Yo vi a Máximo muy asustado y eso inmediatamente me hizo tomar una postura de 'aquí no pasa nada y lo que esté sucediendo lo vamos a resolver'. Finalmente llegó el día de la operación y esas ocho horas, desde que lo dejé en el pabellón, yo te diría que han sido las ocho horas más largas de mi vida", señaló.
"Solo recuerdo que recé ocho horas de rodillas y pedí que lo acompañaran, que lo cuidaran, que se hiciera todo con una mano divina y gracias a Dios todo salió bien", añadió posteriormente.
Lamentablemente, esta pesadilla no terminó ahí, ya que posteriormente el equipo médico lo confirmó que el tumor de Máximo era cancerígeno.
"Yo no sabía que yo tenía tanta fuerza, la verdad, tengo que admitir. Porque hice las preguntas más duras. La verdad es que hice todas las preguntas (...) Cada respuesta era peor que la otra y cuando terminé de hacer las preguntas dije, 'me dan un segundo por favor', es como que exploté en llanto", recordó la ex reina de belleza.
Una vez ya en su casa, mientras su hijo veía televisión, Cecilia salió un momento, "y recuerdo de haber empezado a llorar como no lo había hecho nunca en mi vida. Una oscuridad tan profunda era la que me empezó a invadir. Puro miedo, pura angustia y recordé lo que me decía la doctora: 'dos años, le quedan dos años'". Cuenta, reflexionando para no desperdiciar ni un segundo más de la vida de su hijo, y recuerda no haber vuelto a llorar.
Posteriormente, comentó que los doctores le dijeron que Máximo podría quedar con secuelas después de un año de tratamiento, dentro de las que destacaban: problemas cognitivos, problemas motrices, que perdiera parte de la visión, la audición, problemas de crecimiento y problemas cardíacos, hepáticos y renales.
"Máximo fue tratado con esta máquina de protones y no tiene ninguna sola secuela", cuenta agradecida, además de agregar que su hijo Máximo es un adolescente muy valiente, pues según indica "Él nunca dejó de sonreír".
PURANOTICIA