Actores de la serie indicaron que su posible regreso genera cierta sensación de "vértigo".
Después de convertirse en la serie de habla no inglesa más vista de la historia de Netflix, «La Casa de Papel» vuelve con una tercera temporada que estará disponible en el servicio de streaming a partir del próximo 19 de julio.
Ocho nuevos episodios que cuentan con El Profesor (Álvaro Morte), Tokyo (Ursulá Corberó), Nairobi (Alba Flores) y el resto de la banda, incluido Berlín, el carismático personaje interpretado por Pedro Alonso, cuyo retorno es uno de los misterios mejor guardados de un regreso que, reconocen sus protagonistas, genera cierta sensación de "vértigo".
"Lo que no podemos negar es que el barco ha temblado muy intensamente y que estamos viviendo algo distinto, algo de lo que también somos espectadores. Estamos todavía encima de la ola, sea lo que sea esa ola", afirma Alonso.
Respecto al emblemático tema «Bella Ciao», "una canción partisana, de la resistencia con mucha historia", precisa Alonso, ha tomado una nueva dimensión que va más allá de signos políticos. "Recuerdo estar hace unos meses en el sur de Francia cuando un alcalde, con ideología de derecha, en mitad de una gala dice: '¡Ahora vamos a cantar todos el Bella Ciao!. Y yo pensaba: '¿Pero este hombre sabe lo que está cantando?' Y obviamente no debía saberlo, pero me enterneció", rememora.
Respecto a la serie, Berlín dijo que "tiene muchos símbolos, muchos iconos, porque es muy pop, pero trata de algo que todos hemos sentido en la vida, que es que nos han puesto la pierna encima. Seguro que hasta Trump ha tenido algún momento difícil en su vida. Seguro qué él también ha tenido su momento 'Bella Ciao' y todavía lo está procesando".
En términos más generales, es evidente que del lado de la industria, para actores, guionistas, técnicos y demás profesionales, este boom de las series, del que «La Casa de Papel» ha sido uno de los detonantes, es muy positivo. Pero desde el punto de vista del espectador, los actores reconocen que ya comienza a existir cierto riesgo de saturar al público con un exceso de contenidos y de plataformas.
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