Si bien gente cercana a Verón se comunicó con su preparador físico, nadie conversó con él. En el medio, muchas mentiras.
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Nadie puede llamar a un entrenador porque nadie, por ahora, es responsable de la decisión de llamarlo. A Jorge Sampaoli, el entrenador que mejor cuaja en el paladar de algunos de los que podrían llegar a tomar decisiones en el asunto, nunca le sonó el teléfono en Sevilla. Sí alguien cercano a Juan Sebastián Verón se comunicó con su preparador físico, Desio. Nada más. Y eso, en algo tan importante como la Selección Argentina, sobre todo cuando alguien ya está dirigiendo un equipo -con el que firmó un contrato tres días atrás-, es fundamental. Sampaoli tomará en serio a AFA si lo llama la propia Bruja.
Aún así, el tiempo es determinante y funciona al revés de todas las situaciones: hace falta. La urgencia no tiene sentido: la AFA y la FIFA deben conformar una Comisión que resuelva el asunto del entrenador -entre otros tantos problemas- Si la conforman exjugadores, será un panorama, porque la decisión la tomará gente que entiende de fútbol. Si la conforman los dirigentes, será un destino que marcará la política de relaciones. Si es un híbrido, la historia tendrá sus problemas.
Diego Simeone era el gran candidato, pero públicamente, ya hace tiempo, y ahora lo sostiene, que dijo que no quiere dirigir a la Selección Argentina, por ahora. Sampaoli brota como la segunda gran opción: lo sostiene haber sido en 2015 considerado, por la FIFA, como uno de los tres mejores técnicos del mundo, según el Balón de Oro.
Esa ceremonia es determinante: primero, porque lo puso a la altura de Luis Enrique y de Pep Guardiola; segundo, porque allí conoció a Lionel y a Jorge Messi, y allí charlaron sobre el juego, sobre ganar, sobre la final de la Copa América en Chile y sobre la posibilidad de alguna vez cruzarse. Algo no menor: el paladar del 10, a quien encima hay que repatriar, es muy necesario.
El problema de Sampaoli es la cláusula de su salida que hay que pagar, que mezcla una suma determinada en el contrato y otra en un resarcimiento frente a Chile. La AFA exhibe problemas económicos, pero el fútbol está lleno de vueltas y, con tiempo, es vacío decir que no estará esa suma y que no aparecerá alguien dispuesto a pagarla. Apareció por la tarde el rumor de que un dirigente de Sevilla y Sampaoli se increparon por las supuestas negociaciones del argentino. No fue así: primero, porque no lo llamaron; segundo, porque los presentes aseguran que no hubo insultos ni nada al respecto, simplemente al director técnico diciendo que la Selección, obviamente, lo seduce.
Mauricio Pochettino y Eduardo Berizzo presentan el mismo problema. En menor medida, Marcelo Gallardo porque el Muñeco está en Argentina, porque tiene contrato acorde a la economía de este país, porque Rodolfo D'onofrio, presidente de River, tiene un importantísimo peso en AFA, porque está muy cómodo en Orlando haciendo la pretemporada, pero escucharía con seriedad. Todos estos candidatos, a priori, no cuentan con el aval de Messi, a quien se debe repatriar.
El regreso del 10 es un arma clave para el que asuma.
