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Sólo el 20% de las seis mil que se entregan son devueltas por los jugadores.
Es uno de los campeonatos más prestigiosos del mundo del deporte, y por lejos el torneo más importante en el circuito del tenis.
Sin embargo, no todo lo que brilla es oro, ya que la organización está muy molesta con los tenistas debido a un hecho bastante particular: Se roban las toallas oficiales.
Según el All England Club, sólo el 20 por ciento de las más de 6.000 toallas son devueltas por los jugadores, que deliberadamente se llevan varias toallas por partido para coleccionar o regalar.
¿Los responsables? El abanico es muy amplio. De jugadores juniors, hasta jugadores de elites, son los amantes de las toallas ajenas. Entre ellos está, nada más ni nada menos que el número uno del mundo, Novak Djokovic.
"Planeo antes del partido dejar la mitad de mi bolso vacío o un bolso entero para las toallas que me llevo de Wimbledon", admitió el serbio Djokovic antes de ser eliminado en la tercera ronda.
Pero si se trata de tenistas que son reconocidos por llevarse las toallas de los torneos, liderando el ranking se encuentra la estadounidense Serena Williams.
Según Spring, la norteamericana es una "leyenda" en este arte. "Serena es una leyenda... ya se podría haber comprado una segunda casa. Este asunto de las toallas ha sido un poco un secreto", dijo el encargado de acondicionar las canchas sobre la número uno, con ganancias cercanas a los 80 millones de dólares en su carrera.
Las toallas de Wimbledon son hechas 100 por ciento de algodón, miden 70 x 133 centímetros y pesan 500 gramos.
En la tienda oficial del torneo, frente al portón de la entrada 5 del All England, las toallas son el producto más vendido. Cada una cuesta 29 libras (38 dólares).
PURANOTICIA