Tras conseguir su tercer título de US Open y su segundo Grand Slam de la temporada, el español expresó sorpresa por su rendimiento: "No venía jugando bien y con lesiones".
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Así como sorprendió la resurrección de Roger Federer en la primera mitad del año, cuando consiguió el Australian Open y Wimbledon, Rafael Nadal es quien ha dejado boquiabiertos a todos en el desenlace de la temporada, consagrándose por décima vez en Roland Garros y ganando este domingo su tercer US Open. Tras la victoria en New York ante Kevin Anderson, él mismo expresó incredulidad: "Lo que ha pasado este año es increíble. Después de dos años con lesiones y sin jugar bien, este año ha sido emocionante desde el principio".
Perder la final de Melbourne fue, en sus palabras, lo que le "dio fuerza". Allí supo que, a los 31 años, aún estaba para grandes cosas. Encadenó los títulos de Monte-Carlo, Barcelona, Madrid y el Abierto de París, recuperó el número 1 del mundo y, ahora, conquistó la Gran Manzana: "Le doy gracias a la vida por esta oportunidad, a mi familia, a mi equipo", expresó en la pista del Arthur Ashe.
Allí mismo, trofeo en mano, hizo un alto para hablar exclusivamente de una persona, pilar de su carrera: "Quiero dar las gracias a mi tío (Tony) por todo lo que ha hecho por mí. Gracias a él he jugado a tenis. Ha sido fuerte y me ha hecho tener motivación desde que era un niño. Muchas gracias porque, por supuesto, es una de las personas más importantes de mi vida. No puedo agradecérselo lo suficiente".
Rafa también habló de su rival, a quien calificó como "un gran ejemplo para los niños y el resto del circuito", y expresó lo que significa jugar en New York para él: "Es importante ganar aquí por todo lo que me aporta la afición. Me hacen sentir cosas increíbles. Intentaremos volver el año que viene y seguir luchando. Vamos a hacer lo posible por seguir jugando muchísimos años más".
PURANOTICIA / DIRECTV SPORTS
