
Las razones del arribo de Michael Ríos a la tienda alba escaparían más allá de lo futbolístico.
Michael Ríos estaba listo y dispuesto para llegar a la Universidad de Chile. Las negociaciones económicas ya estaban saldadas: de los 200 mil dólares que se estipulaban desde un comienzo, el elenco estudiantil sólo debía pagar US$ 110 mil, un monto que se iba a cancelar en un solo pago.
Sin embargo, todo eso se desmoronó. Colo Colo salió al paso del jugador de Deportes Iquique y para aguarle la fiesta a su archirrival, el club de Pedrero canceló 200 mil dólares por la cláusula de salida que pedían los "dragones celestes". Todo fue rápido, el domingo Ríos viajó a Santiago y selló su contrato con el equipo de Macul.
Pero las preguntas e incertidumbres quedan rondando. ¿Porqué los dos equipos más grandes del fútbol chileno se pelearon hasta el último momento por un jugador proveniente de Deportes Iquique, de 31 años, el cual la Católica no le renovó el contrato en su minuto y que fue condenado a 300 días de presidio remitido como autor de delito de hurto simple?.
Las razones irían más allá de lo futbolístico. El caso "Bonini" tendría mucha relación con la "operación Michael Ríos", ya que el preparador físico que finalmente firmó por la U, estuvo muy cerca de llegar precisamente a Colo Colo. Para Anibal Mosa fue un gran batacazo la frustrada llegada del ayudante de Bielsa, más aún que se lo haya arrebatado el archirrival.
Por último y según consigna La Tercera, en Colo Colo destacan que en vez de comunicarse con el agente de Ríos, como lo hizo la U, se adelantaron a su archirrival y hablaron primero con Deportes Iquique. El presidente de los Dragones Celestes, Cesare Rossi, molesto ante la desconocida de los azules, arregló rápidamente el trato.
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