La historia de Maradona está repleta de paradojas increíbles, errores y rectificaciones, hazañas épicas y anécdotas de declives y resurrecciones.
Rebelde, genio y contradictorio. Diego Maradona cumple 60 años este viernes, un día que muchos dudan que llegaría dada la complejidad que rodea a este hombre.
Ha vivido una vida que llegó a lo más alto para luego descender a lo más profundo y oscuro de la desesperanza, incapaz de lidiar con la adulación y la idolatría. Pero al mismo tiempo incapaz de sobrevivir sin ese estatus.
La historia de Maradona está repleta de paradojas increíbles, errores y rectificaciones, hazañas épicas y anécdotas de declives y resurrecciones.
Maradona es idolatrado por muchas generaciones de amantes al fútbol.
¿El chico de la chabola de Villa Fiorito de Buenos Aires, un talento de la calle y hombre del pueblo? ¿O es Maradona el dios, mito, gran vengador y encarnación de los sueños de la gente? Puede que sea ambos.
En 1968 Francis Cornejo, entrenador de un equipo de jóvenes afiliado a Argentinos Junior tuvo que viajar a Villa Fiorito para revisar la edad del chico.
"Es minúsculo, no puede ser que tenga ocho años", fue su reacción cuando le vio jugar en una prueba.
La mamá, Dalma Salvadora Franco, confirmó su edad enseñándole la certificación de nacimiento.
Francis acababa de realizar el equivalente futbolístico de encontrar un yacimiento de petróleo. Había hallado una gema para ponerle la guinda a su equipo.
Maradona comenzó a deslumbrar en su paso por Argentinos Junior.
A partir de marzo de 1969, el equipo no se cansó de ganar, registrando una racha de 136 partidos invicto.
En su juventud, el papá de Maradona pilotaba un ferry que trasladaba ganado de pueblo en pueblo y luego pasó a trabajar en una fábrica de químicos, donde apenas ganaba lo suficiente para llegar a fin de mes con su gran familia en el barrio de chabolas donde vivían.
El éxito de su hijo, el quinto de ocho, significaba que, además de convertirse en "el rey de los asados", jamás tendría que volver a trabajar.
Cuando Diego tenía 15 años ya se había convertido en el líder la familia y pidió a su padre que permaneciera a su lado.
Desde pronto Diego aprendió que el liderazgo era un paso natural hacia adelante y que no importaba la edad cuando había un vacío que llenar.
"Una vez fuimos a jugar a Brasil...", recuerda un excompañero de equipo, Ruben Favret, quien como el resto de la plantilla jugaba amistosos entre semana para aprovecharse del tirón de Maradona.
"Era la época de la televisión a color y todos queríamos comprar una y traerla a casa. Lo que pasa es que no se nos había pagado. Diego, con 18 años, se plantó y le dijo a Consoli (presidente de Argentinos Junior) que si no nos pagaban no jugaría".
A esto le siguió un traspaso a Boca Juniors que el propio Maradona orquestó. Le había revelado a un amigo periodista que las conversaciones para ficharlo estaban avanzadas.
Fue entonces cuando se desató el primer traspaso mediático en la historia, protagonizado por un todavía inmaduro jugador de 20 años.
El traspaso de Maradona Boca Junior tuvo un gran impacto mediático.
El acuerdo se volvió surrealista. Lo que comenzó como un traspaso directo por US$10 millones terminó terminó siendo un préstamo a última hora involucrando a otros seis jugadores de Boca, dinero en efectivo y otros cheques sospechosos.
Y es que nada era simple y directo cuando se trataba de Maradona.
Al año siguiente se fue al Barcelona, pero este club nunca vio lo mejor de él.
De los dos años que pasó allí, estuvo la mitad de tiempo sancionado o lesionado. Sufrió una grave lesión de tobillo después de una durísima entrada de Andoni Goicoechea del Athletic Club.
El Barcelona jamás disfrutó del mejor Maradona.
Después de eso, Maradona fue el principal protagonista de una pelea masiva durante la final de la Copa del Rey. El incidente le costó una sanción de cinco meses sin jugar en competiciones domésticas.
De hecho, estuvo cerca de la bancarrota, por lo que se hacía necesario un traspaso con nuevos incentivos financieros. En lo personal, nunca se adaptó a la vida en Cataluña, donde se sentía como un extranjero.
Dos meses después firmó por el Napoli italiano, donde disfrutaría de su período más exitoso y a la vez más castigador.
En el tiempo que Maradona estuvo en el Napoli, el club ganó dos Serie A y una Copa de la UEFA.
Maradona se había trasladado a un entorno ruidoso, abarrotado y caldeado donde la organización criminal italiana, la Camorra, estuvo involucrada desde el comienzo.
En sus años en Nápoles Maradona pasó de ser el niño de Villa Fiorito a convertirse en la marca. Se enamoró de lo que representaba y asumió la gloria y el elogio siendo a la vez consciente de cuan asfixiante era.
Maradona se convirtió en mito y marca mediática en el Napoli.
La cocaína se volvió su nueva realidad, un lugar de entusiasmo extremo en el que nunca había estado. Esta droga le aliviaba de la presión de tener que demostrar siempre que era el mejor jugador del mundo.
Y en medio llegó el momento en que su estatus trascendió y se convirtió en mucho más que un futbolista.
¿Qué tan diferente habría sido todo si Argentina no hubiese derrotado a Inglaterra con "la mano de Dios" en el Mundial de México en 1986, la "venganza" tras cuatro años desde la derrota en la Guerra de las Malvinas?
Aquel partido hizo a Maradona inmortal para los ojos de su país.
Es difícil averiguar lo que queda de ese niño hoy en día. Ahora es entrenador de Gimnasia de la Plata, un club argentino de Primera División, y jamás ha podido abandonar la gran escena.
Maradona fue presentado sentado sobre un trono al anunciarse como entrenador de Gimnasia de la Plata.
Su vida tras el retiro como futbolista es, cuanto menos, compleja. Se sabe que tiene al menos 11 hijos, y que su relación con su exesposa, Claudia Villafane, acabó en tribunales, de la misma forma que con su agente y amigo cercano Guillermo Coppola.
Ha entrenado a varios clubes. Le adoran en Sinaloa, equipo mexicano que entrenó entre 2018 y 2019.
Como seleccionador nacional de Argentina, fracasó entre 2008 y 2010. Maradona nunca ha estado de cerca de llegar tan alto como entrenador como lo hizo de futbolista.
La vida de Maradona tras su retiro es cuanto menos compleja.
Diego afirma que dejó de consumir cocaína hace tres años, pero su medicación le deja en estado de sedación.
Eso, su peso excesivo por su gusto por la buena vida y las numerosas operaciones de cuando a los jugadores ni se les protegía o respetaba, explican sus dificultades físicas.
Maradona es el entrenador actual de Gimnasia de la Plata.
Maradona admite que no se arrepiente de sus acciones; siempre entendió que la vida se vive al completo.
Por eso es que, ahora con 60 años y un cúmulo de experiencias de alguien mucho más viejo, puede considerarse afortunado por estar vivo. Y celebrará cada día que lo está.
PURANOTICIA // BBC MUNDO