Los jugadores habría llegado tarde a la sala de dopaje por Marco Antonio Figueroa, quien no los dejó salir del camarín al estar enojado por el resultado del partido.
Una gran polémica se vive en O'Higgins de Rancagua. Los jugadores Matías Sepúlveda y Fabrizio Ramírez arriesgan dos años de castigo por llegar atrasados a un control de dopaje en septiembre pasado, tras la derrota por 3-0 ante Huachipato en el estadio El Teniente.
Según publicó La Tercera, los futbolistas se atrasaron y llegaron a la sala de dopaje cuando los laboratoristas se habían ido del recinto, por lo que son acusados de manipular la muestra.
Eso sí, los dardos apuntan al técnico de los celestes, Marco Antonio Figueroa, quien no los dejó salir del camarín al estar enojado por el resultado del partido.
En el informe se señala que el comisario de la Comisión Nacional de Control de Dopaje fue a buscar a los jugadores varias veces, lo cual generó la ira del DT y habría insultado al personero.
Por toda esta situación, se habla de una falta grave, pues el Código Mundial la sitúa al nivel de haber dado positivo por "la negativa o resistencia, sin justificación válida, a una recogida de muestras tras una notificación hecha conforme a las normas antidopajes aplicables".
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