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El arquero chileno explicó por qué rechazó la oferta de renovación que le hicieron en Barcelona y se mostró feliz por seguir con "el mismo modelo" en el City de Guardiola.
Mucho se especuló sobre el cambio de equipo de Claudio Bravo. Claro, porque cambió la tranquilidad de un Barcelona que no para de ganar por un equipo con nuevo técnico y en un campeonato donde cualquiera le gana a cualquiera. Este domingo, el arquero elegido por Pep Guardiola para su Manchester City rompió el silencio y explicó su salida del Camp Nou.
"Fui sincero, no quería estar sentado en el banco, no es lo mío y ellos lo entendieron. Barcelona me ofreció una renovación de contrato por cuatro años. Fui honesto, no quería renovar para estar sentado. Desde el primer día me trataron de maravilla. Pasé dos años maravillosos allí en todos los sentidos, pero ya era el momento de salir", le confesó a El Larguero de Cadena Ser.
Otro gran tema, fue su relación con Marc ter Stegen, todo un villano para la afición chilena. "No me fui porque estuviera Marc, no es verdad. Nunca tuvimos problemas, nos beneficiamos los dos por la competencia. En Barcelona siempre me dediqué a hacerlo de la mejor forma posible. Siempre noté el apoyo.", aseguró.
Sin embargo, tomó distancia de las actitudes que tuvo el alemán cuando le tocó ser suplente en la Liga. "A mí lo que pasa fuera del campo ni me molesta ni me incomoda. Yo presiono al técnico en los partidos y en los entrenamientos", afirmó Bravo.
El capitán de La Roja está maravillado con su nuevo técnico, Pep Guardiola. "Es seguir el mismo modelo que el del Barcelona. Acá se les hace raro ver al arquero fuera del área, sacando el balón desde atrás. Pero hay que tratar de hacer jugar al equipo desde la última línea sin correr riesgos ni abusar para que el balón salga limpio", cerró.