"Todo lo que sucedió fue motivado por una situación social más que por algo futbolístico o algo relacionado con una barra brava o un partido", dijo el delantero de Colo-Colo.
Nicolás Blandi fichó este 2020 a Colo-Colo, proveniente de San Lorenzo de Almagro, para vivir su primera experiencia en el fútbol chileno. Pero los primeros meses del delantero argentino en el país fueron difíciles.
Por un lado, junto al Cacique sumó una negativa racha en cuanto a resultados, se lesionó y hasta recibió un fuego de artificio en el pasado clásico ante Universidad Católica, episodio que el trasandino recordó.
"Es un tema difícil para opinar, realmente no tengo muchas ganas de ahondar en eso. Sí coincido en que no lo tomé como algo personal, como que me quisieron agredir a mí. Como dije anteriormente, antes de esa cayeron 15 o 20 y le pudo pasar a cualquier jugador. Todo lo que sucedió fue motivado por una situación social más que por algo futbolístico o algo relacionado puntualmente con una barra brava o un partido. Sí, después del hecho hubo gente que se intentó comunicar conmigo, salieron comunicados, pero necesitaba resguardarme un poco, mantenerme lo más al margen posible. No presté demasiada atención", reconoció en diálogo con radio ADN.
"Nunca viví algo igual. Jugué de visitante en Copa Libertadores en climas hostiles, en equipos grandes, pero nunca viví algo así en un campo de juego. No se lo deseo a nadie. Ojalá no vuelva a suceder porque son cosas que manchan el fútbol, el espectáculo y no ayudan a nadie", añadió.
Además, se refirió al regreso a los festejos con el cuadro albo después de una mala racha, diciendo que "el triunfo en La Serena nos ayudó, nos estaba costando mucho ganar. Veníamos haciendo partidos muy buenos como con U. de Conce, pero ese triunfo nos dio tranquilidad. Después jugar Copa Libertadores, con la motivación, con el estadio casi lleno, nos hizo tener esa mentalidad de saber que no había más oportunidades. Perdimos en Bolivia y era la última oportunidad, debíamos hacernos fuertes de local, ganar. En algún momento teníamos que empezar a ganar y lo sabíamos".
Sobre la salida de Mario Salas de la banca, sostuvo que "son decisiones que toma la dirigencia. En esas cosas no podemos incidir. En cualquier trabajo donde te cambian el jefe es un momento de cambios. No sé si de incertidumbre, pero sí de volver a acomodarse con otras ideas, otros conceptos. Pero estamos acostumbrados en el fútbol a este tipo de situaciones. Así como lo hicimos con Mario (Salas), con Gualberto (Jara) nos pusimos a disposición".
Por último, comparó la liga chilena con la argentina: "No se trata de cuál es mejor o peor, pero indudablemente son diferentes el fútbol argentino y el chileno. En Argentina hay más fricción, roce, menos espacios, acá se apuesta más a jugar. Hay equipos denominados chicos o que pelean abajo e intentan salir jugando desde el arquero en todo momento. Eso es algo positivo, se intenta jugar más, más juego asociado. El fútbol argentino empezó a cambiar en los últimos años con algunos equipos que intentan marcar un estilo, como Defensa y Justicia, Vélez con Heinze, Tallares de Córdoba con su nueva dirigencia hace un par de años. Pero no está tan instalado como acá en Chile la intención de juego. Un equipo chico allá se te mete atrás, te reduce espacios, te juega a la segunda pelota".
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