Los europeos jugaron a una o dos marchas más que su rival y se fueron al descanso con un 2-0 contundente. No obstante, la albiceleste se recompuso en la segunda mitad.
La selección argentina dio la vuelta al amistoso contra su similar de Alemania y consiguió sacar un empate (2-2) desde el Signal Iduna Park de Dortmund, gracias a media hora final en la que lograron los dos goles y anular a un equipo local que había sido muy superior en gran parte del compromiso.
Sin Agüero, Di María y Messi, sancionado aún por sus críticas a la Conmebol tras la Copa América, la albiceleste sufrió de lo lindo. Alemania jugó a una o dos marchas más que su rival y se fue al descanso con un 2-0 no tan contundente como su repaso sobre el césped. A pesar de que el inicio fue un intento de dominio a través de la posesión de los argentinos, la escuadra local se destapó.
A un aviso de Brandt le siguió el 1-0 a los 15 minutos de Serge Gnabry, en racha tras su exhibición con cuatro goles en Liga de Campeones contra el Tottenham. Ayala y Samuel, ayudantes de Scaloni, seguramente se revolvieron en el banquillo por la pobre actuación de sus centrales.
Marcos Rojo, jugador del Machester United, perdió una gran cantidad de balones, uno en el 2-0 que convirtió Havertz, tras la carrera de Klostermann y el pase de la muerte de Gnabry. Todo a velocidad de crucero, la que imprimió el equipo de Löw, mientras Argentina llegaba tarde, cuando el balón ya estaba en otro alemán, eléctricos a la contra.
Al primer toque se movió el equipo local, mientras Argentina buscó espesa su ocasión de meterse en el partido. Halstenberg tuvo el 3-0 con una falta al larguero y Gnabry pilló de nuevo la espalda a la defensa rival antes del descanso. Tras el descanso, Rojo y Correa se quedaron fuera, por Acuña y Ocampos, en buen momento con el Sevilla, y un Dybala desparecido fue otro sacrificado.
A pesar de sufrir una primera contra que dejó a Emre Can mano a mano con el meta, a Argentina le sentaron bien los cambios. Acuña puso un centro medido a la cabeza de Lucas Alario, recién entrado, y con el 2-1 la selección trasandina se vino arriba. La presión visitante atenazó el juego hasta entonces alegre de los alemanes.
Las pérdidas fueron para los de Löw y el partido terminó esos 20 minutos cerca de los dominios de un Ter Stegen que no pudo guardar la victoria en su regreso al once de su selección. A cinco minutos del final, Alario aprovechó un robo para meterse casi hasta la cocina, donde cedió a Ocampos, autor del 2-2 con rebote en Emre Can.
Argentina mordió y anuló a Kimmich, motor principal de Löw, y le faltaron minutos para completar su remontada, saliendo al final con mejores sensaciones que su rival, una Alemania que busca hueco a las nuevas generaciones, a la espera del regreso de Messi para las eliminatorias de clasificación para el Mundial de Catar 2022.
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PURANOTICIA