Ante el complejo panorama para construir su propio recinto, en el directorio de Azul Azul ven una buena opción en una eventual concesión del reducto de Ñuñoa.
En Azul Azul, la concesionaria que administra a Universidad de Chile, siguen ilusionándose con la posibilidad de poder quedarse con el Estadio Nacional en comodato.
Es que el anhelo de construir un estadio propio se va diluyendo cada vez más, debido al alto costo de los permisos de edificación de un nuevo recinto, que asciende a 2 millones de dólares, además del rechazo de la comuna de La Pintana para su emplazamiento.
Por eso, en el conjunto estudiantil creen que la opción del reducto ñuñoíno es factible."Si nos dan al menos diez años (de concesión), obvio que lo evaluaremos. Construir un estadio propio se ha complicado mucho", reconoció un miembro de la mesa directiva a La Tercera.
Además, en la actual administración del Estadio Nacional, comentaron que la chance del comodato puede ser real y que los azules tendrían que cumplir con ciertas exigencias.
"Deberían hacerse cargo de todos los costos del coliseo y asegurar la continuidad a todas las actividades que se realizan en él. El Estadio Nacional recibe entrenamiento de atletas federados y un sinnúmero de otras actividades deportivas y recreativas. Por lo mismo, deberían encargarse de hacer funcionar el estadio los otros 28 días del mes que no se juegue fútbol", sostuvo Claudio Chávez, administrador del recinto.
"Actualmente, existen al menos 10 talleres que se hacen ahí. Todo eso debiese estar dentro de las obligaciones del club", añadió.
Pn/co
ATON CHILE