Se trata de un escenario en el que subirán los tres componentes que definen el costo final en las cuentas del servicio básico que paga el segmento residencial.
La consultora Valgesta, liderada por el exsecretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Energía (CNE), Andrés Romero, y su socio Ramón Galaz, advirtió el duro panorama que se avecina para los clientes sometidos a la fijación de precios de la electricidad.
Según consigna La Tercera, se trata de un escenario en el que subirán los tres componentes que definen el costo final en las cuentas del servicio básico que paga el segmento residencial.
El primero es el precio de energía, que representa cerca un 70% y que será descongelado tras mantenerse sin variaciones desde el estallido social de 2019.
Luego, el costo de la distribución (VAD), que pesa otro 20% y que será ajustado al alza luego del decreto 2020-2024 publicado el pasado 31 de mayo.
Y en tercer lugar, los cargos detransmisión, que explican el restante 10%, y donde la CNE emitió un informe preliminar adelantando históricos aumentos en el segmento.
Si bien, la ley contempla un subsidio creado para morigerar los aumentos para el 40% más vulnerable, igualmente el alza presionará los costos de miles de familias y pymes sujetas a la regulación de precios, según la consultora.
De acuerdo a las estimaciones de Valgesta, el segmento de clientes con consumos bajo los 350 KWh mensuales verá que el valor por cada KWh mensual pasará desde los actuales $109,64 hasta los $128,27, marcando un alza de 17% en el próximo ajuste, previsto para julio.
Luego, con el segundo ajuste, estimado para octubre, dicho precio aumentaría hasta los $161,87 por cada KWh, acumulando una variación de 48%, y ya en enero del próximo año, tocaría los $178,69 por KWh, sumando así un aumento de 63% en tres meses.
En el caso de los clientes con consumos hasta 500 KWh mensuales, los aumentos iniciales serían mayores, ya que el primer ajuste en julio elevaría sus pagos en un 41%, y el segundo en hasta un 57%, pero luego habría un leve retroceso en enero, acumulando alzas de 51% en bases a las actuales tarifas.
El director ejecutivo de Valgesta, Ramón Galaz, explicó que “en el caso del precio de la energía, el mayor efecto es por tipo de cambio y el pago de la deuda. En el del VAD, se debe principalmente a que se reajustan las tarifas por IPC y se aplican las nuevas tarifas al nuevo decreto. Y en el de transmisión, se origina en la acumulación de saldos, aumentos del tipo de cambio, una menor demanda de los clientes y menores ingresos tarifarios”.
Pero lejos el elemento que más afecta en la cuenta final es el denominado “sinceramiento” del costo de la energía, luego que las tarifas estuvieran congeladas, generando una deuda en favor de las generadoras que se empinó a casi US$6.000 millones.
Por eso, la Ley de estabilización definió cargos adicionales para servir esa deuda, pero que a juicio del consultor, quedaron “bastante altos”, especialmente entre 2024 y 2027, cuando el recargo por cada KWh consumido al mes será de $22, valor que desciende a $9 por KWh entre 2028 y 2035.
“Eso es lo que tiene un efecto muy duro (...) un alza como la que estamos proyectando en base a los tres componentes es muy compleja de aceptar por los clientes finales. Es un alza relevante, más de la mitad de la cuenta que hoy día se paga”, enfatizó Galaz.
“El gran problema es la deuda que se acumuló producto de una política que fue mal diseñada. Hoy observamos y vivimos los efectos de haber hecho una regulación como esa, y genera un problema político-social y la solución debe venir desde el Estado”, agregó.
Finalmente, Galaz señaló que el subsidio creado por la ley estará vigente sólo hasta 2026, por lo que remarcó que “la solución para esas familias es un subsidio, pero no uno acotado en el tiempo, sino uno que lleve el costo de energía a (lo equivalente) países OCDE, que no pasa en el caso chileno, ya que estamos muy por sobre eso”.
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