El presidente de la UDI defendió el respeto irrestricto al Estado de derecho y aclaró que la idea de "gobierno de emergencia" no supone vulnerar el marco institucional.
El concepto de “gobierno de emergencia” planteado por José Antonio Kast generó dudas sobre su alcance.
Para despejarlas, el presidente de la UDI, Guillermo Ramírez, defendió el respeto irrestricto al Estado de derecho y aclaró que la idea no supone vulnerar el marco institucional. “Por muy emergencia que exista, nadie va a pasar por sobre la Constitución y la ley”, enfatizó en radio Pauta, subrayando que para la derecha este principio es intransable.
La razón de esta postura, explicó, es que “todas las herramientas para enfrentar los principales problemas del país deben estar contempladas en el ordenamiento jurídico vigente. De lo contrario, se pondría en riesgo la legitimidad del gobierno”.
La magnitud de los desafíos en seguridad y economía, añadió, “justifica hablar de emergencia, entendida como la necesidad de actuar con rapidez y foco. Sin embargo, esa urgencia no puede convertirse en licencia para gobernar fuera de la institucionalidad”.
Advirtió que uno de los principales riesgos será el manejo de las expectativas. A su juicio, “la ciudadanía no espera soluciones inmediatas, pero sí señales claras de trabajo, urgencia y dirección desde el primer día”.
En el plano económico, Ramírez sostuvo que “Chile no puede conformarse con tasas de crecimiento cercanas al 2%. El próximo gobierno deberá recuperar niveles más altos de inversión y empleo”. Según dijo, “parte de la mejora en las proyecciones recientes responde a la expectativa de un cambio de rumbo con la nueva administración”.
Finalmente, consultado por la forma en que la derecha gobernará, evitó anticipar un diseño cerrado de coalición y señaló que lo esencial será la eficacia. “Primero debe consolidarse una experiencia de trabajo conjunto; en función de ello se evaluarán fórmulas políticas más formales”.
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